Lejos quedan aquellos días en que el rey emérito se disculpaba por haber ido de caza a Botsuana, pero a nadie se le escapa que Juan Carlos I de Borbón sigue preservando su afición por la caza. Quizas por sus problemas de mobilidad, con las diferentes operaciones de cadera que ha tenido y, que se sepa, de un tiempo aquí solo interviene en batidas de caza menor.
La finca donde suele mantener reuniones de caza lleva el nombre de La Flamenca, y está situado en Aranjuez. Este coto de caza privado es donde el rey emérito sigue reuniéndose con otros empresarios reconocidos como Amador Suárez, José Manuel Pardo, Carlos cutillas o Vicente Boluda, el ex del Real Madrid, con quien mantiene una muy buena relación.
A día de hoy, solo se le conoce el dar caza a diferentes aves. En este caso a la de perdices rojas, lo que le permite estar quieto desde un todoterreno mientras escopetea a las aves que suele ‘controlar’ el propietario del terreno. Una vez han terminado, celebran grandes banquetes en la misma finca.
Hay que recordar que gracias a su afición a la caza, el rey emérito Juan Carlos y la princesa Corinna se conocieron en 2004 en la finca La Garganta, situada en el Valle de Alcudia de Ciudad Real. Hoy, es propiedad de un noble heredero de 27 años de la familia Westminster.
La finca La Garganta donde se conocieron el entonces Rey de España y laprincesa Corinna zu Sayn-Wittgesntein, no es una finca cualquiera. Tiene 15 mil hectareas y se trata de la finca más grande de España y se encuentra en Sierra Morena, Ciudad Real, Castilla La Mancha. Fue propiedad de la compañía minera Río Tinto y luego del Duque de Baviera, primo del rey emérito, Juan Carlos. En aquel momento era propiedad Lord Casvendish, el hombre más rico de Gran Bretaña.