Recuerdo el verano del 2018 en que la candidatura de Isa Franco se enfrentó contra Teresa Rodríguez; la líder Andaluza ya se había convertido en una piedra en el zapato a nivel autonómico y estatal por sus continuas salidas de tono y la nueva marca electoral que fraguó junto a las confluencias fue una declaración contundente de independencia, además de generar en los votantes mayor confusión y malestar, lo que se tradujo en una disminución en las participaciones electorales venideras; era necesario batirla, pero desafortunadamente refrendó su mandato en la que según ella sería su última legislatura.
Los Anticapitalistas son una corriente de extrema izquierda con quiénes es muy difícil la coexistencia, porque su dogma político es extremadamente cerrado y obtuso, este divorcio era algo que se deseaba desde hace mucho tiempo y solo se materializó por el gobierno de coalición PSOE – UP, a lo que siempre se han opuesto los Anticapis.
Teresa y su séquito se han alimentado de los tropiezos electorales de su casa matriz y sabían que eso les daba visibilidad, ahora que UP está en las instituciones la oposición intestina que hacían estaba de más, continuar con ese frente abierto los hubiese conducido inexorablemente al ostracismo, así que se han marchado no sin antes fragmentar aún más a la izquierda y fortalecer a la derecha; son en parte responsables del gobierno del trifachito en Andalucía, por no haber hecho una campaña cohesionada e inteligente, además de su veto permanente a llegar a confluir con el PSOE, visto lo visto, «son el instrumento tonto de la derecha».
Además su calidad democrática deja mucho que desear al no consultar a las bases sobre el camino a seguir, independizarse de UP o continuar bajo su paraguas e indignante su desprecio al 97% de la militancia en Andalucía que apoyó el gobierno de Coalición, «lo que desvirtúa por completo su posición política».
Pretender llegar a ser una formación como los Comunes en Barcelona es absurdo porque los Comunes no nacieron de los Morados, son una formación política más que hace parte de la confluencia UP, además en Andalucía nunca ha existido un sentimiento nacionalista arraigado como lo hay en Cataluña, País Vasco, Valencia, y parte de Galicia. La intención en despertar ese sentimiento nacionalista donde no lo ha habido, es una tarea estéril que no conduce a ningún lado.
Con su muy elaborado discurso pretenden ser la alternativa a la izquierda del PSOE, eso sería lo ideal, pero en estos momentos alcanzar las instituciones implica llevar a cabo pactos entre la izquierda, el problema que tienen, es que su dogma a corto, medio y largo plazo no deja de ser una utopía, porque su maniobra de fragmentación sitúa a la formación de Rodríguez en un «querer y no poder», No quieren ni tienen la intención de gobernar, solo hacer ruido, nunca llegarán a plasmar su programa porque serán la eterna oposición en Andalucía y eso se explica por su corta visión política, a efectos prácticos no tienen posibilidad de superar al PSOE y al bloque de las derechas en número de votos, seguramente con el tiempo se conviertan en un producto residual, un ejemplo de ello lo hemos visto con la deriva del juguete roto de Errejón y sus proyectos fallidos en Madrid y las generales.
Los Anticapitalistas al igual que Errejón han demostrado que su interés hacia UP solo fue parasitario, merecerían cierto reconocimiento al haber renunciado a las actas de diputados, pero no, de algo se tienen que seguir alimentando.
Teresa & compañía y Más País existen en la escena política única y exclusivamente por los votos que han hurtado de UP y Equo respectivamente, de lo contrario serían lo que por derecho propio les corresponde, «una curiosa anécdota dentro del gallinero de los partidos insignificantes a nivel estatal y autonómico».
Se ha quitado el palo a las ruedas de la carreta Andaluza, pero existe ese sentimiento de frustración, porque muchos militantes de UP se han encontrado con que de la noche a la mañana unos desaprensivos se han adueñado de su voto de forma fraudulenta, para promover un nuevo actor político que se aparta diametralmente de la formación Morada por obcecación, para satisfacer egos y necesidades particulares.
El trabajo consiste ahora en la refundación de UP en Andalucía, reclamar a los miembros que se marcharon por la irrupción y presión de los Anticapis, cuidar los círculos existentes, recuperar los extintos y fundar nuevos núcleos de trabajo en que la militancia se movilice, no vale ninguna excusa, y eso no es solamente salir a la calle a manifestarse, porque se acude cuando es necesario.
Movilizarse es atender, estudiar, razonar, militar, reunirse con la gente, no solo levantar el puño y cantar la internacional….