Ha llegado la hora. Si hace unos días fue el escandaloso plante de los reporteros gráficos en el Congreso, ahora le quieren defenestrar desde dentro de su partido. El vicepresidente de la Junta de Castilla y León y líder del sector crítico de Ciudadanos, Francisco Igea, presentará su candidatura a las primarias para presidir el partido el próximo lunes. La decisión, tomada desde hace algunas semanas, viene dada por la negativa de la candidata oficial, Inés Arrimadas, a integrar las propuestas del sector crítico e incluso a reunirse con el vicepresidente castellano leonés.
Francisco Igea empezó sopesando con la idea de presentarse a las primarias y la evolución de los acontecimientos no le ha dejado otra opción. Igea ya fue el candidato improbable que denunció un pucherazo en las primarias y ahora está dispuesto a poner en jaque al partido por su falta de democracia interna. Los dos candidatos a suceder a Albert Rivera llevan semanas mirándose de reojo y han cruzado algunos reproches. La escalada de tensión va en aumento y Arrimadas, más dedicada a sus ataques catalanofóbicos que al partido, sabe que puede perder la poltrona de la formación naranja.
Por eso la actual lider de Ciudadanos no descansa, especialista en el juego sucio. Uno de los últimos movimientos de Arrimadas contra Igea se producía este miércoles, al hacerse públicas las listas de compromisarios. La portavoz parlamentaria no presentó a nadie en Valladolid, la provincia de Igea. La estrategia es clara: si Arrimadas no presenta lista de compromisarios allí es imposible que pierdan. Un resultado malo en Valladolid sería asumir una gran derrota frente al dirigente que se presenta como alternativa.
El día elegido para lanzar su candidatura, este lunes 24 de febrero, no es casual. Arrimadas participará esa mañana en un debate político que organiza El Mundo de Castilla y León, del empresario José Luis Ulibarri, electoral el candidato de Ciudadanos fue claro respecto al reparto de la publicidad institucional en medios cuyos propietarios estuviesen imputados, si bien el posterior pacto de gobierno con el PP le obligó a rebajar sus promesas frente a un empresario y editor que es un factor de peso en la región. El dinero manda y la guerra está servida.
