Los alarmantes hechos ocurrieron en octubre del 2017, en pleno clímax del proceso independentista. Un grupo de policías españoles enviados por el Gobierno de Rajoy se pelearon con un camarero del Born por no querer servirles más alcohol, y provocaron destrozos en el local donde se encontraban.
Todos los implicados fueron absueltos por un juzgado de Barcelona y, además, también se cerró la investigación, después de que el Ministerio de Interior echara la culpa de todo a los camareros, alegando que fue él el que se abalanzó sobre el agente de policía.
Pero, según informó el portal Rac1, los camareros dicen que fue uno de los policías les amenazó. Después de todo el escándalo, sólo faltaba archivar el expediente que habían abierto a los implicados, y así ha sido, confirmando que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, represoras, están sobreprotegidos por el Gobierno, aunque hayan cambiado sus líderes.
La conclusión del Gobierno es que uno de los camareros robó el teléfono de un agente y que el mismo camarero se acabó lanzando encima de uno de los antidisturbios y le provocó lesiones en los brazos. Es lo que dice la respuesta parlamentaria por escrito al diputado de Bildu en el Congreso Jon Iñarritu.
El principal implicado, es un inspector jefe con 250 antidisturbios a sus órdenes, y al que sus superiores reprocharon el incidente en un momento tan tenso en Cataluña. La causa judicial, sin embargo, ha quedado en nada y la investigación interna archivada en un cajón. Otro caso más de corrupción de Estado en España.
