Otra más de #MarcaEspaña. Desde que se trascendió que había una nueva frecuencia para la novedosa a red de tecnología movil, el 5G, todo ha sido una avalancha de despropósitos en España. Tanto el Ministerio de Economía, como, especialmente, el Ministerio de Defensa, se ha enfrascado en una pelea que tiene paralizada esta nueva tecnología. Cien millones de euros y varios radares del Ministerio de Defensa bloqueando el reparto de espectro contiguo, tienen la culpa.
En junio de 2018 Calviño tomaba posesión como ministra de Economía y Empresa + Transformación Digital. Un mes después se producía la subasta de las frecuencias 3,4-3,8 GHz, espectro que permitirá conectar cualquier dispositivo a las redes de nueva generación. Tras la puja, como incica VoxPopuli, Vodafone resultó ser el único operador con los bloques de espectro contiguos, condición sine qua non para dar servicio con garantías. El resto de las operadoras, Telefónica y Orange, adquirió bloques separados entre sí, y Calviño se comprometió entonces a reordenar el espectro y adjudicarlo de forma contigua a los operadores que compraron frecuencias.
Hasta que llegó el problema. Por el espectro subastado pasan las bandas de varios radares propiedad del ejército. Mover esos equipos y el espectro, tiene un coste estimado superior a los cien millones de euros. Y sin moverlos, no puede haber reparto contiguo. La ministra Calviño no encuentra una salida al callejón del 5G. El Gobierno defiende la posición de liderazgo de nuestro país en esta tecnología pero lo cierto es que sólo Vodafone ofrece servicio comercial.
Sin lugar a dudas este retraso es un serio contratiempo tanto a la economía de mercado de las empresas afectadas, como a los ciudadanos, que ven, una vez más como desde el Estado, y su Gobierno de turno, se les priva de un derecho europeo como es la tecnología 5G, o ‘internet de la cosas’.
