Según datos del Centro Delàs de Estudios por la Paz, España es una de las que más invierte en armamento del mundo. Lo hacen a través de su entidades bancarias. De ahí que hablen de «banca armada» y de ahí, también, que tengan previsto hacer acto de presencia en la Junta de Accionistas del BBVA del próximo viernes para denunciarlo.
Tras pedir la delegación de voto a aquellos accionistas que no estén de acuerdo con la financiación de la industria militar, integrantes del Centre Delàs accederán a la reunión de ese banco en Bilbao para dar a conocer datos sobre el negocio armamentístico, explicar el papel del BBVA en el mismo y reclamar un cambio de política.
El año pasado quisieron hacer lo mismo, pero no pudieron. O mejor dicho, no les dejaron: la representante del Centre Delàs que tenía intención de entrar a la junta de accionistas fue sometida a largos controles de seguridad que demoraron su entrada. Cuando consiguió acceder al recinto ya había pasado el turno para pedir la palabra, así que tuvo que marcharse sin hablar.
Tal como indica el Centro Delàs, «el total de la banca armada española para el periodo 2013-18 alcanza la cifra de 8.622 millones de euros». La mitad de ese dinero ha estado destinado a «ayudas directas a través de créditos y préstamos», mientras que el resto ha llegado «a través de fondos, bonos acciones y a través de la emisión de bonos y acciones de empresas de armamento».
Algunos de los bancos españoles que más invierten en los principales productores de armas son BBVA, Santander, Bankia, CaixaBank y Sabadell. En un mundo en guerra, los conflictos abiertos de Siria, Irak, la franja de Gaza, Ucrania, Yemen, Libia, Sudán, Somalia o la guerra contra el narcotráfico en México, fabricar armas es un negocio lucrativo.