Ha bastado la primera gran crisis social y sanitaria europea, para dejarnos, aún más claro, que de unión solo tiene la económica, y según, para y para quién. La reacción ante la grave crisis del Covid-19 está siendo de verdadera vergüenza, basada en el absoluto estado de shock político, incapaz de tomar medidas en común, y el egoísmo de las actuales Naciones Estado campando a sus anchas por lo que se nos vendió como un espacio común.
A la hora de la verdad, los Estado le han dado las espaldas a la Unión. Han salido corriendo para encerrarse en sus casas, cerrar puertas y ventanas sin esperar a nadie. Un verdadero desastre del que debemos comenzar a plantearnos de forma más que seria, el funcionamiento de la Unión, si es válido para los ciudadanos, o la cerramos y nos quedamos con lo único que les importa, la unidad monetaria y la libre circulación de personas y mercancías.
Se han cerrado fronteras sin coordinación alguna, no hay medidas económicas comunes que ayuden a empresas y autónomos, y lo más triste, no se esta siendo solidario en las ayudas sanitarias entre países con más infectados con los demás, como siempre, las claras diferencias norte sur, la insolidaridad y la descoordinación de lo que no funciona.
Pero la culpa no es de la idea de la Unión Europea, sino del cómo está configurada. Hasta que las Naciones Estados, no acepten de verdad la necesidad de ceder soberanías a la Unión, no funcionará; si a las primeras de cambio, nos olvidamos de la Unión para mirarse el ombligo de cada uno, no funcionará; si no pensamos en la Unión como en una verdadera unidad de acción, no funcionará.
La Unión debería haberse anticipado a todo el desastre que se veía venir. Debería haber tomado medidas colectivas inmediatas, tanto de movilidad interior, como fronteras exteriores. Coordinar acciones sanitarias comunes, tanto en personal como medios, a nivel europeo, ya que, como se nos recuerda, el virus no entiende de fronteras. Del mismo modo haber adoptado drásticas medidas económicas comunes enfocadas a atenuar en lo posible el batacazo económico que esto va a producir. Haber actuado como una unidad, pero no lo ha sido así, y si lo hace, será tarde, como siempre. Otro fracaso más que hará que los ciudadanos confíen y participen menos en la Unión.
La Unión debe sobrepasar a las Naciones Estados si es que no quiere desaparecer. La Unión debe pasar de ser la Unión de Naciones, a ser la Unión de pueblos. Dejar de ser una unidad de intereses nacionales, para convertirse en la unidad de los intereses de las personas, de los pueblos, única alternativa real para la permanencia de la Unión. Si no se comienza a trabajar en serio en este cambio sustancial, no habrá más remedio que cerrarla por inútil para los ciudadanos.
Es cierto, son los nacionalismos los culpables, pero no los nacionalismos de los pueblos de Europa, dispuestos a estar juntos y ceder soberanía en el bien colectivo de las realidades sociales, culturales de todos y cada uno de los que comparten es espacio físico de Europa, sino de los nacionalismos Estatales, estos que están siendo egoístas e insolidarios, estos mismos que nos han llevado a guerras europeas y crear fronteras a bases de muchos muertos, dividiendo a pueblos enteros a cambio de intereses de unos cuantos.
¿Esta es la Unión Europea que queremos? Creo que no, que así no, así no hay ni habrá Europa unida cuando pase la crisis.
Pedro I. Altamirano