El shock traumático provocado en la sociedad por la irrupción de coronavirus y la posterior entrada en recesión de las economías, provocará el final del endémico aislamiento y pasividad del Individuo y obligará a una profunda catarsis y metanoia de la sociedad en su conjunto que hará revisar los fundamentos que lo sustentan. La metanoia sería transformar la mente para adoptar una nueva forma de pensar, con ideas nuevas, nuevos conocimientos y una actitud enteramente nueva ante la irrupción del nuevo escenario pandémico lo que implicará la doble connotación de movimiento físico (desandar el camino andado) y psicológico (cambio de mentalidad tras desechar los viejos estereotipos vigentes).
Ello tendrá como efectos benéficos el redescubrimiento de valores caídos en desuso como el esfuerzo y la solidaridad y la búsqueda de una nueva utopía pues a pesar de su carácter no real, la utopía permite reconocer los ideales de una sociedad o comunidad en un momento concreto de su singladura histórica así como los obstáculos que impiden cristalizar su sueño idílico. La utopía así concebida sería el camino para alcanzar un sueño que llevaría implícito en su potencia la facultad de devenir en acto concreto (en el camino está la meta), siendo preciso transitar por la senda marcada por il poverello d´Assisi: “Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible”.