El primer Pleno que celebra el Congreso desde que el Gobierno decretara el sábado el estado de alarma por el coronavirus deja una imagen insólita, la del presidente, Pedro Sánchez, detallando sus ‘recetas’ frente a la crisis ante un hemiciclo casi vacío, con poco más de una treintena de diputados guardando distancia de seguridad entre ellos para evitar nuevos contagios.
A su entrada en el hemiciclo, y antes de que diera inicio la sesión plenaria, los asistentes se saludaron a distancia, siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias, y se fueron sentando en sus sitios con una distancia entre ellos de dos escaños.
El Pleno comenzó puntual, a las nueve de la mañana, cuando el presidente subió a la tribuna para dar cuenta de todas las medidas sanitarias, económicas y sociales impulsadas por su Ejecutivo frente a un aforo limitado, por acuerdo de los grupos parlamentarios, como medida de prevención frente al virus, que ha dejado ya 10 positivos entre los diputados.
Poco más de una treintena de diputados ha acudido a escuchar a Sánchez, entre ellos una representación reducida de la Mesa del Congreso. De sus nueve miembros han acudido cinco: la presidenta, Meritxell Batet; los vicepresidentes tercera, Gloria Elizo (Unidas Podemos), y el cuarto, Ignacio Gil Lázaro (Vox); y los secretarios tercero, Javier Sánchez Serna, de Unidas Podemos, y cuarto, el ‘popular’ Adolfo Suárez Illana. Ente todos ellos, la correspondiente distancia de un metro.
Errores de otros
Sánchez quiso enmascarar los errores cometidos. El ser humano, dijo, «sucumbe al sesgo de retrospectiva», «tiende a pensar que podía haber predicho el desenlace». «Con lo que sabemos hoy no hubiéramos actuado así ayer», admitió, mirando también lo ocurrido en otros países.
Singularmente y como ejemplo de otros errores cometidos fuera, dice que Francia «no habría mantenido la primera vuelta de las elecciones municipales si hubiera sabido que tendría que suspender la segunda ronda apenas un día después”.
Su Gobierno decretó el estado de alarma cuando fue «imprescindible y solo entonces», porque los bienes que restringe «son suficientemente valiosos como para ser preservados hasta el último instante».
Plantea qu estamos ante «un reto sin precedentes», es una «amenaza para la salud pública global», un «desafío» extraordinario que obliga a tomar «medidas excepcionales». «Nunca hemos vivido nada igual», subrayó, para hacer hincapié en lo anómalo e impredecible de la situación, una «emergencia social, sanitaria y económica» que no tiene «precedentes».
Desinfectar la Tribuna de Oradores del Congreso
Una trabajadora de los servicios de limpieza el Congreso desinfecta la tribuna de oradores del hemiciclo tras la intervención de cada una de las personas que están tomando la palabra en el Pleno monográfico sobre el coronavirus que tiene lugar este miércoles.
Ataviada con mascarilla y guantes, esta trabajadora ha hecho su primera intervención durante el Pleno tras la primera alocución del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y justo antes de que hablara el líder del PP, Pablo Casado.
Tras limpiar con una bayeta el atril, los micrófonos y las barandillas de las escaleras que dan acceso a la tribuna de oradores, la trabajadora se ha retirado ante el silencio de un hemiciclo cuasi vacío en el que sólo hay presentes 41 personas entre diputados, ministros y personal de la Cámara. Sólo la presidenta del Congreso, Meritxel Batet, le ha dado las gracias.
Pero los presentes sí han querido reconocer su labor unos minutos después y le han dado un aplauso cuando ha vuelto a subir a la tribuna para desinfectarla una vez que Casado la ha abandonado. También Batet ha vuelto a agradecerle verbalmente su trabajo.