Desde que hace nueve días España decretó el estado de alarma, miles de españoles que se encontraban fuera del país tratan de regresar de las maneras más inverosímiles. Dos chicas burgalesas, se encontraban en Bangkok hasta el domingo, cuando tomaron un vuelo con destino a Moscú junto a otros seis españoles. Desde la capital rusa pensaban volar a España en un avión que tenía prevista su salida a medianoche y confiaban en que no fuese cancelado. El resto de españoles, “hasta un centenar”, siguen en la capital tailandesa sin encontrar una solución en la embajada y con “la única perspectiva de afincarse en el aeropuerto”.
El caso de los mallorquines, un médico, y su pareja se resolvió felizmente el domingo, tras un largo viaje desde Panamá y un encierro insospechado, “forzoso e inexplicable en 100 metros cuadrados del aeropuerto de San José, en Costa Rica, sin ninguna información ni contacto”. Panamá cerró sus conexiones con Europa el día 14. Tras insistir y repetirele que era médico, el director del aeropuerto les comunicó que tenían un vuelo en 24 horas. Nadie entendía cómo Iberia nos había dejado encerrados sin noticias”, cuenta a El País este médico por correo electrónico.
A los españoles se les está tratando fuera de manera denigrante. Ellos se ven como “apestados, asustados, desamparados, impotentes, confinados de manera clandestina y sin salida”. Así están viviendo muchos españoles desplazados en el extranjero la crisis sanitaria del coronavirus. “Para ellos nosotros somos el coronavirus”, dice otra española, encerrada desde este domingo junto a su marido y tres compatriotas en un hotel de la ciudad india de Rishikesh. “Nos han dicho que no podemos salir para nada, que el Gobierno no quiere ver turistas y si nos pillan les pueden cerrar el hotel y quedarnos todos en la calle».
«Hay españoles en Delhi que han sufrido hasta agresiones”, asegura esta barcelonesa de 52 años, que dice que “tras días de muchos intentos” la respuesta de la embajada llegó este sábado. El correo electrónico de la legación diplomática decía: “Sentimos mucho la situación. La embajada está haciendo todo lo posible para ayudar a los españoles. Registramos sus datos y adjuntamos información de utilidad”.
Otra decena de catalanes ha denunciado la inacción del Ministerio de Exteriores para repatriarlos desde Perú. «Nos sentimos totalmente abandonados», afirman en un comunicado conjunto donde reclaman al gobierno español que garantice su vuelta a casa lo antes posible. El grupo de viajeros de Barcelona y Girona asegura que tenían billetes para salir el domingo en un vuelo de Iberia, pero que se anuló justo el día antes por «motivos sanitarios» y ahora no saben cuándo se podrán marchar.
Hay que recoradar que hace unos días una funcionaria de Guayaquil, población de Ecuador, dio orden para que un avión de Iberia no pudiera aterrizar cuando llego llegó a Quito a las 19:30 con su tripulación. Horas antes había puesto en la pista de aterrizaje vehiculos del aeropuerto para que no pudiera aterrizar otro de KLM. Los ciudadanos españoles están siendo tratados como apestados, especialmente si provienen de Madrid.
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