El gobierno de Pedro Sánchez, decidía que hoy a las 00.00 acababa la prorroga de un día más condedida para que todas las empresas no esenciales que se acordaron en el real decreto comunicado 24 horas antes, se obligaran a parar, cerrar, y que sus trabajadores cunplieran el confimaniento pertinente por el Estado de Alarma. ¿Todas las no esenciales? Todas, excepto las armamentisticas, que a aún tienen ‘ambigüedades’ en sus obligaciones.
Después de una gran confusión sobre si las industria de defensa y aeroespacial era considerada estratégica en su conjunto, el Gobierno de Pedro Sánchez decidia excluir del parón económico solo a aquellos “trabajadores indispensables” que “apoyen el mantenimiento del material y equipos de las Fuerzas Armadas”,
Así lo señala el real decreto que regula lo que el ejecutivo español aprobó a pocos minutos antes de la media noche de este lunes y que ha generado una enorme incertidumbre en todo el sector tan poderoso y opaco como el de defensa y aeronáutico ante la falta de directrices concretas al respecto.
En el real decreto, que fija estas medidas excepcionales hasta el próximo 9 de abril, no especifica que empresas estarían incluidas en esta categoría y si ello implicaría, por ejemplo, que tienen que parar todas las compañías que actualmente trabajan en el desarrollo y fabricación de los programas especiales de armamento o proyectos a largo plazo para el sostenimiento de las actividades de los Ejércitos.
Confusión y Ambigüedad
En varios borradores filtrados el domingo a distintos medios de comunicación, se incluía un listado de actividades económicas que quedarían exentas de este parón económico por considerarse estratégicas y se mencionaba expresamente a las empresas relacionadas con el sector de la industria de defensa y aeroespacial.
Sin embargo ante la sorpresa de todos, y por razones que se desconocen, varias horas después esta referencia quedó modificada y limitada en el texto definitivo que se publicó en el Boletín Oficial del estado a dos escuetas líneas:
“Las indispensables que apoyan el mantenimiento del material y equipos de las Fuerzas Armadas”.
Pero hecha la ley, hecha la trampa, en #MarcaEspaña. Había que indicar a última hora, de cara a la opinión pública, qué pasaba con la industria armamentística, y con esas dos simples líneas en el decreto se ‘contentaba’ a todos, porque no especificaba nada, a los pro- y a los anti- industrias de armas.
Ante el temor de lo que está pasando ahora con esta noticia, las compañías dedicadas al armamento podrían acogerse a otra referencia del texto para seguir con la producción, ya que se permite permanecer la actividad si ‘cumplen’ con oros requisitos que cualquier otra empres no tiene:
“Si son imprescindibles para el mantenimiento de las actividades productivas de la industria manufacturera que ofrecen los suministros, equipos y materiales necesarios para el correcto desarrollo de las actividades esenciales”.
Es decir que estas empresa pueden seguir produciendo para el ejército, -como si no huniera suficiente construido-, quedando en stand by, por si el ejército necesitara algo relacionado con ellas, algo que no pudieran hacer las empresas ‘civiles’, Aún no se sabe qué aportan patrullando con vehículos de combate como vemos por las calles de España.
Ambigüedad que permitía y permite, diferentes lecturas y criterios. Por consiguiente, si la industria de defensa decide si quiere parar o no, porque, fabricar ‘material de guerra’ es de vital importancia para la Pandemia. Esta mañana este diario se ha puesto en contacto con Navantia y si bien la producción se nos ha comunicado que estaba parada, las oficinas permanecian abiertas. ¡Inaudito!
La excusa de la industria armamentística para un decreto tan laxo para ellos es que ha facturado 11.838 millones de euros en un año, el 1% del del Producto Interior Bruto, generando 57.000 empleos. Por lo tanto nadie se atreve, ni la Ministra de Defensa, Margarita Robles, a obligar a parar es lobby. Caso diferente es que haya positivos como ha ocurrido con la producción de Navantia en Cadiz. En cualquier caso el escándalo asoma al Ministerio de Defensa.