#MarcaEspaña ha vuelto a ser engañada. La ansiada llegada de los 150 respiradores comprados por el Gobierno de Castilla-La Mancha para hacer frente al coronavirus se ha convertido en una pesadilla. Si primero quedaron bloqueados en Turquía, ahora los anestesiólogos de la Comunidad dicen que los aparatos no son de buena calidad, que además son portátiles (en absoluto idóneos para su uso en cuidados intensivos) y que, encima, son antiguos.
Si un nuevo escándalo por la compra de material para la pandemia acecha a España, con productos que no sirven según los tecnicos médicos, desde la Consejería de Sanidad, según vozpopuli, indican que los respiradores cuentan con la certificación y declaración de conformidad de acuerdo con las normativas aduaneras de la Comunidad Europea.
El pasado 8 de abril, el presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page y su consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, acudían a la terminal de Barajas, en Madrid, para recoger los 150 respiradores que el ejecutivo regional había comprado a Turquía hacía más de veinte días y que, ante el asombro de todo el mundo, el gobierno turco decidió requisar pese a que ya se habían pagado.
Una vez que la compra quedó desbloqueda gracias a la intervención diplomática, los dirigentes de la comunidad respiraron tranquilos. Pero poco les ha durado el respiro. «Lo que hemos recibido son ventiladores diseñados para el transporte de pacientes críticos (algunos de muy mala calidad), no para la terapia ventilatoria en cuidados intensivos», denuncia en un comunicado la Asociación Castellano-Manchega de Anestesia, Reanimación y Terapia de Dolor (ACMARTD).