Lo del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es escandaloso. Como si de una visita con toda la normalidad del mundo se tratara. Como si no se hubieran reido de nosotros los Chinos, Turcos, Almemanes, Holandeses, Franceses, Americanos, etc. en el tema de las mascarillas, del material sanitario o de las ayudas económicas por la pandemia, ahora, una vez que se hecho compras masivas millonarias fuera, aparece por un taller español de confección.
Pasearse a toro pasado por los talleres del Corte Inglés, que está a punto de desaparecer si siguen así sus números, para blanquear a esa poderosa firma del establisment casposo de #MarcaEspaña, la que daba trabajo a las élites españolas, porque ahora ha reconvertido sus talleres de costura en la madrileña calle de Tomás Bretón en un especial ‘atelier’ capaz de producir mascarillas de protección contra el coronavirus con total seguridad, según ha informado el grupo en un comunicado, es como poco una vergüenza.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha presentado como cuando lo hacía Franco, con la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto y arropados de diferentes directivos que no se sabe bien que hacian. Realizaba ayer una visita a estos talleres, tarde y mal, acompañados de la presidenta de El Corte Inglés, Marta Álvarez, y del Consejero Delegado, Víctor del Pozo, así como del Presidente de ModaEspaña, Ángel Asensio.
En el recorrido han seguido los trabajos de fabricación de mascarillas de tipología IIR, uno modelo compuesto por cinco capas de tejido compacto, que son respirables y resistentes a salpicaduras y a la filtración bacteriana y de virus como el coronavirus. Cuando han sido los talleres de microempresas, como Nilcar de Montse Herrera, los que se han encargado de suministrar como hérores anónimos y gratuitamente esas mascarillas.
