Sea por la nefasta gestión de la Comunidad de Madrid en la pandemia por coronavirus, o quizás porque no quieren pasar por el caos funcional o por no querer contagiarse, ‘posibles’ trabajadores esenciales, que se encargaban de los sindicatos en la Sanidad de Madrid, ‘pasan’ de ir a trabajar desde el inicio del Covid-19.
El Gobierno madrileño de Isabel Díaz Ayuso ha recibido con sorpresa cómo las reincorporaciones de liberados sindicales a determinados puestos de la Sanidad madrileña están siendo mucho menores de lo esperado. Pasado un mes desde el inicio del estado de alarma, sólo 147 de los 444 representantes sindicales del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) han vuelto a sus respectivos trabajos, lo que supone un 33%. Y en la Agencia Madrileña de Atención Social la situación es aún peor: sólo 17 de 274 liberados.
Los últimos datos que tienen correspondientes a las últimas horas, las cifras indican que solo ese 33% de los representantes de los trabajadores dedicados por completo a las labores sindicales han pedido reincorporarse para hacer frente al coronavirus. El Gobierno de Ayuso ha tenido que autorizar 10.000 contrataciones nuevas para hacer frente a las numerosas bajas laborales por contagio del patógeno.
La Consejería madrileña de Sanidad contaba a fecha del pasado 20 de enero con un total de 1.064 liberados institucionales, de ellos 208 son a tiempo completo y 856 a tiempo parcial, así que el SERMAS acapara casi la mitad de los representantes que están exentos de desempeñar las funciones del puesto de trabajo correspondientes a sus plazas para emplear su jornada laboral en tareas sindicales en nombre del resto de empleados públicos.
