Los empresarios con negocios en las Islas Baleares y ciudadanos germanos que tienen segundas residencias han mostrado su prepotencia más absoluta y un profundo desprecio para las instituciones baleares en una carta de presión al Gobierno balear para que ponga fin al cierre aéreo en las islas.
Con un tono propio de quien se cree superior, decenas de alemanes con negocios y viviendas en Baleares han reclamado, en una carta dirigida a la presidenta de la Generalidat, Francina Armengol, la reapertura total de las islas «lo antes posible». Además, cuestionan la necesidad de mantener el estado de alarma, y ponen en duda la legitimidad legal del gobierno balear para llevar a cabo unas medidas que califican de «exageradas» para hacer frente al nuevo coronavirus.
La carta, escrita por el empresario alemán Ralf Becker de la compañía de alarmas, Scharpf Sicherheitstechnik, ha sido firmada por numerosos compatriotas germanos para hacerla llegar a la Generalitat de ‘Ses Illes’. Además, piden que se permita ya el acceso a la isla «a los propietarios extranjeros»
Además, muestran vehemencia y supremacía: «Otros países, como Alemania, han conseguido resultados similares o mejores sin tomar medidas tan drásticas contra la población», y aseguran que a pesar de su presencia no hay riesgo de colapsar el sistema sanitario y no se han de mantener las restricciones ante la reducción de casos: «las consecuencias económicas y psicológicas son desproporcionadas para el beneficio».
Tal como explica Diariodemallorca.com, en la misiva incluso hay un tono amenazante: «Tenemos serias dudas sobre la seguridad jurídica de las comunidades autónomas» y avisan «no destruya la confianza de los inversores, que no volverán». En el texto dirigido a Armengol, se jactan de «la cantidad de puestos de trabajo que han creado los inversores extranjeros en los últimos años» en las islas en sectores como el inmobiliario o el ocio de lujo y reclaman volver.
Por último, que no se prolonguen más las restricciones, además, piden que se vuelvan a abrir las «tiendas, restaurantes, campos de golf y puertos deportivos cumpliendo las normas de higiene».
