Si los diferentes Gobiernos de la Moncloa tenian alguna excusa para no poder cumplir con el pago de las futuras pensiones, máxime cuando la caja donde se guardaban los excedentes de la época de las vacas gordas, la del ladrillo, se ha ido vaciando paulatina y fraudulosamente para otros menesteres, ahora tienen algo con lo que vender las nefastas gestiones del Gobierno central de turno. Los efectos directos de la pandemia y del confinamiento.
El confinamiento por la pandemia del coronavirus que se ha decretado en España para frenarla ha sido la destrucción y suspensión de empleo definitiva. En total, unos 6 millones de personas hasta la fecha han empezado a cobrar la prestación por desempleo y, al mismo tiempo, han dejado de cotizar a la Seguridad Social.
Lo que irremediablemte supone que la recaudación del sistema ha caído bruscamente, pero los gastos se mantienen, lo que supone que el déficit público de la Seguridad Social, que ya era abultado a cierre de 2019 (16.052 millones de euros, un 1,3% del PIB), se disparará irremediablemente este año.
Según estudios del IEE (Instituto de Estudios Económicos), se calcula que «el déficit que se obtendría, bajo el contexto de las previsiones actuales, sería de un mínimo de un 3% sobre el PIB, del que dos tercios estarían explicados por el lado de los ingresos y un tercio restante al componente de los gastos», Esto supondría un agujero de 37.350 millones de euros.
La crisis sanitaria desatada por el coronavirus no va a dejar indemne a la Seguridad Social. El organismo encargado de pagar las pensiones en España al borde del abismo. Pendiente de un hilo de buena parte de las medidas impulsadas por el Gobierno en su plan económico de choque contra el covid-19. Que dios no coga confesados.
