El malestar de las principales empresas de España con el Gobierno, por la forma de desescalar el confinamiento de la pandemia por el Covid-19, es cada vez más latente. Con la multinacional Inditex, empresa de Amancio Ortega, a la cabeza. Esta se siente traicionada por Pedro Sánchez, que le prometió una cosa e hizo la contrario.
Ahora otras compañías empiezan a alzar la voz contra el Gobierno por la improvisación de algunas de sus medidas. El caos del plan de desescalada. Las reuniones que los principales directivos de estas compañías mantienen habitualmente con el Gobierno se han vuelto cada vez más tensas y los reproches a la Ejecutivo por la improvisación de las medidas de reactivación económica han subido de tono.
Ortega ha jugado un papel relevante, según ha reconocido el propio Ejecutivo, durante la emergencia sanitaria. Inditex ha utilizado su red en China y otros países para facilitar el traslado de material sanitario y de protección a España. La fundación de Ortega ha donado material por un valor estimado superior a los 60 millones de euros, a pesar de las críticas que sigue recibiendo habitualmente de uno de los socios de Gobierno, Unidas Podemos.
Además Inditex dio marcha atrás a un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) que tenía previsto para los empleados de tiendas. Y de momento sigue pagando el salario de sus cerca de 35.000 empleados en España con recursos propios. El malestar de Inditex con Sánchez no es el único en el sector empresarial español.
Los empresarios se rebelan contra las propuestas del PSOE y Unidas Podemos en la desescalada. Las principales patronales y organizaciones empresariales acusan a Pedro Sánchez y su equipo de plantear una nefaste gestión en la misma. Por ejemplo, el sector turístico, junto a la hostelería representan casi el 20% del PIB y se está muriendo.
Las reuniones entre las compañías y los grupos sectoriales de ‘desescalada’ formados por el Gobierno se han tornado más tensas desde que el jefe del Ejecutivo anunció el plan de salida al confinamiento. La mayoría achaca al Gobierno la falta de un itinerario concreto, la improvisación y la escasa capacidad de escuchar a los afectados.
Hace falta un plan de Gobierno, firme y seguro, algo de lo que adolece en estos momentos España. Hay que relanzar a las empresas españolas, pero hasta ahora nadie ha incetivado a las mismas, a parte de mil promesas. La que le espera a La Moncloa cuando se vuelva a la normalidad, si es que algún día vuelve, va a ser terrible.
