Brutal, indecente y alucinante. La carcomida y casposa derecha española, heredera de Franco, se ha superado. Quiere sustituir el Ingreso Mínimo Vital, que el Gobierno aprobará en el próximo Consejo de Ministros, por una tarjeta social, al más puro estilo tipo a las cartillas de racionamiento de la era franquista. Es la nueva propuesta del presidente del Partido Popular (PP), Pablo Casado.
Nunca le gustó a ningún Gobierno del PP la idea de aprobar el Ingreso Mínimo Vital. Pero como ahora la iniciativa ya es imparable, Casado muestra sus cartas y reconoce que prefiere en vez de dar dinero a las familias más vulnerables, mejor darles una tarjeta con la que comprar comida o elementos de primera necesidad. Porque para el líder de la oposición, hay que ser generoso, pero tampoco tanto. Al más puro estilo del dictador Francisco Franco tras acabar la guerra.
Par los que no lo sepan, una orden Ministerial del 14 de mayo de 1939 estableció un régimen de racionamiento en el país para los productos básicos de alimentación y de primera necesidad. Para llevarlo a cabo se crearon dos cartillas de racionamiento , una destinada a la carne y otra al resto de productos alimenticios. Además, también se establecieron varios grupos: hombres adultos, mujeres adultas y personas mayores de 60 años (con el 80% de la ración de los hombres adultos) y niñas y niños menores de 14 años (60%).
Gracias a la política económica de Franco y el aislamiento internacional, en España escaseaban los alimentos. El gobierno decidió controlar la distribución de las mercancías, asignando a cada persona cierta cantidad de los productos básicos más escasos: azúcar, arroz, aceite, pan, judías…, que había que recoger con la Cartilla de Racionamiento. Estas cartillas se establecieron el 14 de mayo de 1939 y se suprimieron en 1952. Era imposible adquirir de una forma legal cualquier alimento que no estuviera controlado por el Racionamiento.
Pacto de Estado de Sanidad
Por otra parte, Pablo Casado, propone un pacto de Estado de Sanidad en la Comisión para la Reconstrucción que arranca sus trabajos esta semana en el Congreso. El líder de la oposición tiene hasta nombre para este Pacto, “Cajal”. Casado vuelve a reclamar que se conozcan los nombres de los expertos que él llama “supuestos”, que asesoran al Gobierno y que aconsejan el pase de fase entre territorios.
Este Pacto de Estado de la Sanidad, que defenderá Ana Pastor en esa comisión, tendrá que tener como objetivo de «llegar» a medio plazo a una financiación suficiente de la sanidad pública, pero en alianza con la privada, así como una centralización de la investigación, y también un impulso de una industria nacional la fabricación de material de protección.
Casado también quiere una Agencia Nacional de Salud Pública, con representación de todas las comunidades autónomas. Y como Ayuso ha reiterado, además ha pedido la obligatoriedad del uso de mascarillas, sin decir dónde y que se prevea su cobertura por el sistema nacional de salud. El líder popular insiste en proponer un modelo neoliberal, que con esta crisis sanitaria se ha visto caduco, y propone la bajada de impuestos, eliminándolos para las nuevas empresas.
