Gran desconcierto en la Comunidad de Madrid. Expertos sanitarios contra la voz de los políticos. La Comunidad de Madrid sigue siendo el epicentro de la pandemia por coronavirus del Covid-19 pero su prepotencia manda mucho. El Gobierno central se está planteando que Madrid no pase todavía a la Fase 1 de la desescalada, pero sí permitir a la Comunidad cierto peligroso relajamiento en alguna de las medidas de restricción. Sería pasar a una especie de Fase 0,5, lo que ha pedido Catalunya como medida de contención para Barcelona, según fuentes conocedoras de las conversaciones entre ambos ejecutivos.
Pero el escándalo estaría servido. Horas antes de una nueva reunión con los técnicos, el Ministerio de Sanidad ha puesto sobre la mesa que Madrid, al igual que Barcelona, no pueden entender que la capital catalana y su periferia metropolitana lo haga y ellos no, pasen a esa fase intermedia –denominada 0,5-, en lugar de avanzar a la fase 1 que solicita la comunidad madrileña a toda costa. A pesar del caos que se está viendo en Madrid para respetar el orden, las normas y el protocolo de la pandemia, están presionando para imitar a Barcelona o más allá.
Ayer jueves se mantuvo una reunión bilateral en la que el Ministerio de Sanidad insistió en que «no ven el pase de la Comunidad de Madrid a la fase 1», aunque tampoco se atrevieron a esgrimir una razón técnica. Los técnicos de Salud Pública del Ministerio solicitaron a la comunidad madrileña una ampliación de los datos epidemiológicos que aportaron los técnicos del Gobierno regional. Una decisión que, fuentes de la Consejería de Sanidad, consideran «discrecional» y que no obedece a razones técnicas.
Barcelona versus Madrid
Además, Madrid piensa que su situación nada tiene que ver con la de Barcelona, que sería quien ha planteado esta opción. El departamento que dirige Salvador Illa emplazó a la Comunidad a una nueva reunión que se celebrará esta misma tarde. Presiones y más presiones para una fase intermedia, denominada fase 0,5, que se teme nadie va a respetar en Madrid, si no lo han hecho hasta ahora, y lo más grave, sin saber qué implica esa fase intermedia para ellos.
La petición de la Generalitat para Barcelona y su área metropolitana contempla, entre otras cosas, abrir el comercio sin cita previa, las bibliotecas para préstamos de libros, los museos a un tercio del aforo y las instalaciones deportivas para uso individual y profesional, excepto los gimnasios. Asimismo, podrían abrir las escuelas y universidades para desinfección y trámites y los laboratorios y centros científicos y se permitiría la apertura de lugares de culto, pero con un tercio de aforo.
Entre las cuestiones de la Fase 1 que no estarían autorizadas en esta fase intermedia figuraría la circulación entre municipios (excepto por motivos profesionales), reuniones de hasta diez personas en casas o abrir los bares y restaurantes al 50% de su capacidad. Tampoco podrían abrir los hoteles. En Madrid en cambio se teme que sean las terrazas, bares y lugares de pública concurrencia las que vuelvan a aborratar las calles, cosa que pondría en muy grave peligro el control del Covid-19, con un posible rebrote.
