Tétrico y luctuoso escenario de ahorro para las arcas de la Seguridad Social española. El coronavirus y el estado de alarma, con el cierre de oficinas de la SS, ha provocado una caída del número de pensiones contributivas. El primer motivo se entiende fácil: la covid-19 se ceba con los más mayores.
El segundo ha traído menos solicitudes y, por tanto, menos altas de jubilación. La combinación de ambas causas explica, argumenta el Ministerio de Seguridad Social, que en mayo se hayan pagado 9.754.137 pensiones contributivas, 38.508 menos que el mes anterior. Entre ambos es un autentico balsamo económico, aunque no salga nadie de la administración a admitir semejante aseveración.
La reducción en el número de pensiones ha conllevado una rebaja en el gasto mensual acumulado. Y esto último es todavía más excepcional. No hay precedentes de una rebaja en la nómina mensual de pensiones contributivas en esa serie. En mayo se han pagado 9.851 millones, un 0,27% menos que en abril.
Es el tercer mes consecutivo en que baja el número de pensiones. No obstante, la caída de mayo supera de largo la acumulada en los dos meses precedentes, la triplica. Es la primera vez en la serie que comienza en 2005 que se produce un retroceso de pensiones durante tres meses consecutivos, según los datos de la Seguridad Social.