Sabemos que RTVE, la televisión pública española, está al servicio del Gobierno de turno. Especialmente los informativos. Es una televisión de una calidad discutible y manipuladora, aunque todos le dispensemos una añoranza que viene del blanco y negro. Ese nivel ha traicionado a la administradora provisional única de RTVE, Rosa María Mateo, que tuvo un ‘sincero error’, o bien producto de su subconsciente, bien producto de la impronta de oirlo tantas veces, o por cualquier otro motivo.
Durante su intervención ante la comisión mixta (Congreso-Senado) de control parlamentario de la Corporación RTVE y sus sociedades, Mateo sufrió hace unos días un lapsus lingue. Al responder al senador de Más Madrid Eduardo Fernández Rubiño, que le preguntaba por las medidas para proteger a los trabajadores frente al covid-19 y contra la campaña de «desprestigio que está sufriendo TVE».
«Se elaboró un plan para prever la posibilidad de que una o varias de las sedes de Radio Televisión espantosa… Radio Televisión Española afrontasen, perdón, un episodio de contagio importante», manifestaba Mateo, visiblemente nerviosa.
Lo cual ha sido aprovechado por parlamentarios de la oposición para arremeter contra ella y la corporación pública. Mateo ha respondido esta semana pasada a las reiteradas peticiones de dimisión por parte del PP en el Senado: «No voy a presentar mi dimisión hasta que ustedes no decidan quién va a gobernar TVE. Lo vuelvo a repetir, que lo tengan claro».
Así lo ha asegurado la máxima responsable de la corporación pública en su comparecencia ante los principales grupos de la oposición (PP, Vox y Ciudadanos), que han aprovechado sus intervenciones para afirmar que en RTVE impera «manipulación maligna», que la Corporación está «absolutamente entregada al poder sanchista», que su dirección se reconoce por su «sectarismo», que actúa como «altavoz» del PSOE y Unidas Podemos o que TVE se ha convertido en un aparato de propaganda. Pero no se acuerdan de los telediarios de Urdaci, que hasta Goebbles o Queipo de Llano, hubieran enrojecido a la hora de defender las atrocidades del PP de Aznar y compañia.
