El valor de referencia recomendado al año por las guías de la OMS se sitúa en 1,7µg/m3 de media. La normativa española lo fija en 5µg/m3.
Concretamente, en la zona de la Calzada se alcanzó un pico de 22µg/m3 de este cancerígeno a las 10.00 de la mañana del pasado viernes. En la zona del Lauredal se alcanzó un pico de 13µg/m3 a las 7 de la mañana del mismo día. Concretamente esta zona ha superado ya 38 veces los niveles máximos de benceno.
Durante el confinamiento, se han detectado niveles de este tóxico contaminante incrementados en un 250% en la zona.
Un aumento que se viene registrando desde 2018
Los datos comparados reflejan un aumento en el año 2019 respecto al año anterior. A pesar de que el 2019 fue un año de más precipitaciones, lo que ayuda a eliminar la presencia de ciertas sustancias en la atmósfera.
Los ecologistas llevan meses alertando
El colectivo Coordinadora Ecologista de Asturias ha alertado en reiteradas ocasiones del incremento del nivel de benceno en el aire de Gijón. «Así estamos desde que se reiniciaron las baterías de coque de Arcelor», han lamentado en declaraciones recogidas a principios de mes. Denuncian, además, que «el Principado en su coladero del nuevo protocolo de la contaminación no ha regulado ni el cancerígeno benceno ni los picos de contaminación de ningún contaminante, a pesar de que los investigadores y médicos reconocen la gravedad que suponen estos picos».
El Principado niega la alarma
Por su parte, desde el Principado se ha negado el pasado mes de marzo que los niveles de benceno en la zona oeste de Gijón supongan motivo de alarma.
El vicepresidente y consejero de Infraestructuras, Medio Ambiente y Cambio Climático del Gobierno asturiano respondió en el pleno de la Junta General del Principado de Asturias a una pregunta de la diputada de Podemos, Nuria Rodríguez, quien señaló los «altísimos niveles» de benceno y acusó al Gobierno de dejar «abandonada» la zona oeste de Gijón.
La respuesta desde el Principado fue la de no alarmar a la población, que afirmó que el dato medio de 0,86 microgramos por metro cúbico estaba dentro de los parámetros establecidos por la normativa, que tiene el límite en 5. Unos datos que contrastan con los que se acaban de hacer públicos la semana pasada.
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