La presión a las irregularidades de un Jefe de Estado, aunque sea rey, de un país que dice regir en democracia ha dado sus frutos. El rey emérito Juan Carlos I de Borbón será investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo en relación con las muchas sospechas de corrupción en su gestión del AVE a la Meca, en Arabia Saudita, entre otras. La fiscalía del Tribunal Supremo ha asumido una investigación que podría acabar con el rey emérito juzgado por la sala segunda del alto tribunal, algo que sería histórico y justo.
La investigación, sin embargo, será sólo a partir de junio de 2014, cuando Juan Carlos pasó a ser rey emérito y perdió la inviolabilidad, y se investigará desde el Supremo porque todavía es aforado. La investigación se refiere a la fase II de la construcción de la línea de ferrocarril llamada el «AVE del desierto», que une las ciudades de Medina y La Meca.
Aunque muchos ya dan por hecho cual será la sentencia. La intención es deteminar si hay delitos penales que se le puedan imputar con posterioridad en junio de 2014. Hay que recordar que, el diario suizo Tribune de Geneve, de Ginebra, sacó hace un par de meses que Juan Carlos I cobró comisiones millonarias por los negocios que hizo con Arabia Saudí y Bahréin en una cuenta bancaria de Suiza, al más puro estilo #MarcaEspaña.
Justamente, habiamos informado desde Las Repúblicas, de una amplia investigación de la televisión vasca EITB sobre la corrupción en la corona en la que el ex amante del rey Juan Carlos, Corinna Larson, denunciaba una operación de amenazas contra ella de la que estaba al corriendo el rey Felipe VI.