Se dice que cuando el rio suena, agua lleva. Si la Fiscalía General del Estado ha dado el visto bueno para que sean los fiscales del Supremo (por el aforo del emérito) los que abran diligencias de investigación sobre las comisiones del AVE a La Meca, es porque hay más que simples sospechas de la existencia de un presunto blanqueo de capitales posterior al año 2014, fecha de la abdicación del rey Juan Carlos.
El Ministerio Público se ha fijado en la compraventa de propiedades con la sospecha de que estas adquisiciones pudieron servir de pantalla a un lavado de fondos de origen irregular. Entre los activos que se consideran sensibles se encuentran varios terrenos en Marruecos y casas en Suiza, informan a El Confidencial fuentes jurídicas.
En la grabación realizada por el comisario Villarejo que sirvió para abrir una pieza en España que después se archivó, la amiga íntima de Juan Carlos Corinna su Sayn-Wittgenstein indicaba que estaba viviendo una «pesadilla» porque el Rey había colocado diversas propiedades en Marruecos y otros lugares fuera de España a su nombre cuando, en realidad, no eran de su propiedad.
«Entonces, sin decírmelo, me lo ponen y después dicen: ‘Esta no quiere devolverle la cosa’. Pero si lo hago, es ‘money laundering’, es blanqueo», decía en uno de los fragmentos de los audios que fueron difundidos por ‘OkDiario’ y ‘El Español’. «Me está poniendo una presión bárbara para que le devuelva esas cosas, pero si lo hago vulnero la ley y puedo ir a la cárcel», añadía la princesa y empresaria alemana, amante del rey.
El blanqueo se detecta en primer lugar a la fundación panameña Lucum y de esta a una cuenta en el banco Mirabaud que, para la Fiscalía, resulta clave para la investigación. El depósito recibió el 8 de agosto de 2008 esos 100 millones -65 millones de euros-. En junio de 2012, cerró la cuenta y transfirió el dinero a Corinna Larsen a nombre de la sociedad Solare Investors Corporation en el banco Gonet y Cie en Nassau.
A posteriori y según publicó ‘El País’, el dinero se destinó a adquirir y reformar dos apartamentos en la estación de esquí suiza de Villars-sur-Ollon y a una vivienda de lujo en el norte de Londres, que también se reformó. El resto quedó ingresado en otra cuenta, en esta ocasión en Estados Unidos. Y aún quedarían por destapar más inmuebles cuando se abra oficialmente la investigación a Juan Carlos I de Borbón.