Aparecen derribadas, decapitadas, pintadas de rojo. Por ejemplo, en el Capitolio de Minesota, activistas del Movimiento Indígena Americano han derribado la estatua de Cristóbal Colón celebrándolo con bailes y cánticos a su alrededor. La figura representa un símbolo que rememora el genocidio contra los pueblos indígenas y pareciera que, además, rinde homenaje al esclavismo.
Según ha recogido euronews, Dorene Day, una de las fundadoras del Movimiento Indígena, afirma que «es algo muy poderoso que hayamos podido desmantelar la historia construida en este país». Y ha querido subrayar que la historia que se ha contado tiene más sombras que luces, porque siempre deja de lado una realidad fundamental. La de los pueblos indígenas que fueron masacrados, mujeres violadas, robos y saqueos que fueron la realidad de una colonización que pocas veces se reconoce.
Minesota no ha sido el único lugar donde la estatua de Cristobal Colón ha sido «atacada». También en Boston se decapitó a la figura, y en Miami han sido las de Colón y la de Juan Ponce las que han aparecido pintadas. Una de ellas, concretamente, con el nombre de George Floyd.
Ni siquiera en España se estudia la realidad de lo que supuso la colonización. De hecho, los epígrafes de los manuales suelen referirse a este episodio de la Hisoria como «el descubrimiento» de América, tratando de contar de manera dulcificada que los españoles llegaron allí y de alguna manera consiguieron «convencer» a los habitantes de estas tierras. Lo que jamás se lee en los libros del colegio o del instituto son alusiones a los genocidios, saqueos e imposición de lengua y religión pasando por encima de culturas, usos y costumbres de los habitantes de aquellas tierras.