Pedro Sánchez actua como un trilero y lo advertíamos desde el principio. El Gobierno da por hecho que no habrá mesa con la Generalitat en julio y menos en agosto. Cualquier ciudadano catalán que tenga un mínimo de sentido de la realidad lo tendría que saber. La indecencia y poca palabra del Gobierno socialista no es menor que la de cualquier otro partido español que esté en La Moncloa.
El Gobierno ve muy complicado convocar la mesa de diálogo con la Generalitat en julio. Según los socialistas la agenda de Pedro Sánchez es imposible. El jefe del Ejecutivo afronta las elecciones vascas y gallegas el 12-J, otra cumbre con Ciudadanos en el Palacio de la Moncloa y dos consejos europeos para negociar la cuantía y condiciones de los fondos de rescate que recibirá España para afrontar la crisis económica del coronavirus.
Excusas y más excusas de Sánchez, porque dijo este domingo que estaba dispuesto a reunirse en las fechas que propone ERC, aunque tampoco fue tajante, en su tono fingidor al que ya nos tiene acostumbrado. Dejó la puerta entreabierta a cambios de fechas en función de las condiciones sanitarias y la evolución de la covid-19.
Uno de abogado de Puigdemont, Jaume Alonso-Cuevillas, afirmó que la mesa de diálogo «no se la cree nadie». «No se preocupen demasiado de la mesa de diálogo, que no se la cree nadie», ha dicho al PP durante el debate de la moción de los populares que pide romper la negociación entre el gobierno español y el catalán. Según el diputado, el PSOE sólo la aceptó para que Sánchez se invistiera, y la deja de lado para pactar con Cs.
