EL INTENTO DE CONTROL DE REDES DE COMUNICACIÓN DEL MINISTERIO DE DEFENSA DEJA DESAMPARADOS A LOS MILITARES
Seguramente una de las persecuciones más sangrantes del Ministerio de Defensa se viene produciendo en la persona del cabo Jenner López Escudero, presidente de la plataforma 45 Sin Despidos, al que se le acumulan la incoación de expedientes disciplinarios por los artículos escritos en prensa denunciando las irregularidades y el desamparo que sufren los militares de la Clase de Tropa en concreto, una problemática que ha sido expuesta tanto en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas como en el Congreso de los Diputados y en diferentes foros.
Es conocida la falta de garantías durante el trámite de los distintos expedientes disciplinarios: son múltiples las sentencias y resoluciones sobre estos actos administrativos en las que se reconoce la vulneración de las leyes y los procedimientos que dan lugar a sanciones, que en el mejor de los casos mancillan el buen nombre de los interesados y que dejan sin castigo a los que cometieron esas faltas, amparados en la autoridad que les confieren esas leyes que infringen con total impunidad.
La Asociación Cuestión de Justicia y Honor bien podría haber firmado la «Carta abierta de un soldado a Pedro Sánchez» del presidente de #45SinDespidos, en la que se enumeran los incumplimientos del Gobierno con respecto a los militares de Tropa y Marinería, así como los casos de presunto trato de favor de personas públicas incluidas en las listas del Partido Socialista, que se podrían encuadrar en una acción deliberada de carácter corporativista por parte de los componentes de la Justicia Militar.
Ahora, el teniente general Teodoro Baños, alto mando militar, firma la incoación del expediente sancionador de un cabo con la clara intención de desprestigiar a su persona desde la protección y el escudo que le proporciona su cargo y sabedor de que asesores jurídicos del Cuartel General del Ejército de Tierra están a sus órdenes y de su actuación dependen los ascensos de estos; y lo hace atribuyendo al cabo «emitir manifiesta y públicamente expresiones contrarias, realizar actos irrespetuosos o adoptar actitud de menosprecio […] y demás órganos, instituciones o […]; las personas y autoridades que las representan, […], así como sus autoridades y mandos.» o «aseveraciones falsas…» o incluso la posible infracción del «…deber de neutralidad política«.
Es el mismo general que negaba el Acoso Laboral entre militares y que más tarde se vio obligado a modificar una Instrucción Técnica para adaptarlo a este particular. Sin olvidar las sentencias del Tribunal Supremo en las que se reconocen las conductas abusivas que sufrieron un comandante y un cabo primero por parte del coronel Mompó y que condujeron a su expulsión. Mientras unos son expulsados, otros –como el caso del Coronel Mompó– son ascendidos a puestos superiores de mando.
Todos podríamos haber firmado esa «CARTA ABIERTA A PEDRO SANCHEZ», pero parece que al único al que ofende la misiva es al ordenante del procedimiento sancionador, el general Teodoro Baños, Jefe de Personal del Ejército de Tierra.