Lo del coronel Diego Pérez de los Cobos es de un escándalo tras otro. Digno de un país bananero, más que de otro que se cataloga de democrático. Ya no son solo los infames informes inventados contra el Procés o el 11 M, es mucho más. Lógica la falta de confianza como el motivo esgrimido por el Ministerio del Interior para destituirlo al frente de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid.
Irónicamente esa falta de confianza, también fue el argumento de los Cobos, según indica ElPaís, para avalar el cese de un suboficial de la unidad de policía judicial de Madrid aunque, a diferencia de él, no había sido designado a dedo, sino que ganó su puesto en un concurso de méritos. Por eso hubo que abrir un expediente para poderlo cesar.
El 11 de diciembre de 2018, Pérez de los Cobos hizo pública, “para satisfacción de los interesados y estímulo al resto del personal”, la concesión al sargento S. y a otros tres agentes de su comandancia de la Cruz de Plata de la Guardia Civil, una de las más altas condecoraciones del cuerpo, con la que se premian hechos que “revistan un carácter o mérito excepcional”.
El 11 de abril de 2019, solo cuatro meses después, el propio Pérez de los Cobos firmó un informe que recomendaba el cese del sargento S., porque “no reúne las condiciones necesarias de idoneidad” y por “la falta de confianza de sus mandos inmediatos”.
Lo sorprendente es que, según dicho informe, la actitud del sargento S. no había empeorado súbitamente, sino que habría tenido “problemas de adaptación” ya desde que se incorporó a la unidad, en 2014. El escrito del coronel no era sino un corta y pega de otros informes incorporados al expediente contra el sargento S.
Lo que ocultó el teniente A. es que había tenido un serio conflicto con él. El 17 de octubre de 2018, el sargento S. le recriminó su decisión de cesar arbitrariamente a un guardia. Entonces, según el suboficial, el superior le advirtió de las consecuencias de enfrentarse a él.
Pero el guardia cesado denunció al teniente ante la justicia militar, que abrió diligencias por abuso de autoridad. El 13 de marzo de 2019, el sargento S. testificó ante el juez a favor de su compañero y en contra del teniente. Cinco días después se le abrió el expediente.
El teniente A. nunca debió intervenir en el expediente contra el suboficial, pues la ley obliga a abstenerse a quienes tengan enemistad manifiesta, pero tampoco el coronel, que es tío político del teniente (su esposa es hermana de la madre de este último), y la ley también excluye a quienes tengan relación de parentesco con alguno de los afectados.