Las colaboraciones entre secuaces políticos suelen pasar por encima de la política democrática. La gestión de Isabel Díaz Ayuso al frente de la Comunidad de Madrid es para haberla echado del cargo desde hace tiempo. Nadie se imagina qué hubiera pasado si la nefasta gestión de esa presidenta hubiera sido la de la Generalitat de Catalunya.
Los compinches Inés Arrimadas (presidenta de Cs) e Ignacio Aguado (vicepresidente de Madrid con Cs) han decidido lanzar un mensaje unívoco a todo Ciudadanos. El de que «no» aceptarán una moción de censura del PSOE para hacer caer al Gobierno regional de Madrid que encabeza Isabel Díaz Ayuso. Por libre y con un par. Más compadreo con el PP por aguantar los cargos, y vuelta de espaldas a lo hablado con el PSOE.
El mensaje llega después de la polémica por las acusaciones lanzadas desde el departamento del consejero Alberto Reyero al Gobierno de Madrid que encabeza el PP y tras descubrirse que el PSOE y José Manuel Franco trabajaban en un plan para forzar la división y el enfrentamiento entre Cs y el PP y hacer caer, de ese modo, a Díaz Ayuso. El PSOE, de hecho, ya había filtrado que aprovecharía el acercamiento a Ciudadanos a su formación a escala nacional para desestabilizar las alianzas que mantienen en gobiernos regionales el PP y la formación naranja.
El plan de los socialistas pasaba por una doble vía. En primer lugar, por tentar a los de Inés Arrimadas con la posibilidad de darles el apoyo necesario para que rompieran los acuerdos que mantienen con los populares en comunidades como las de Madrid, Murcia o Castilla y León. El PSOE está dispuesto, incluso, a darle la gobernabilidad a Ciudadanos en determinadas plazas. Desenlace: continuará Ayuso en el cargo -si antes no la saca la justicia por la múltiples denuncias que acumula- hasta que los intereses de partido no prevalezcan a los de los ciudadanos.
