Sin embargo, en las conclusiones que se han presentado en este simposio, se ha señalado que pueden producirse complicaciones en el momento en que pueda llegar una segunda ola de COVID-19 y el nuevo coronavirus coincida en el tiempo con otros virus de gran impacto en la edad pediátrica, como son la gripe y el virus respiratorio sincitial (VRS).
En este sentido, según señala el comunicado público que ha hecho la AEP a través de su web, preocupa especialmente a los pediatras, «por la presión asistencial que puede suponer, el hecho de que pudiera coincidir en el tiempo una segunda oleada de COVID-19, el virus respiratorio sinctitial (VRS), y la epidemia de gripe estacional.
En el caso de la gripe, los niños son una población ampliamente afectada por este virus, además de unos grandes contagiadores de la misma, pudiendo poner en peligro a los adultos ya de por sí vulnerables a la COVID-19.
«Las instituciones sanitarias deben desarrollar estrategias para asegurar la adecuada protección de los profesionales sanitarios, piedra angular en la detención de esta pandemia», asegura la doctora Rosa Rodríguez Fernández, responsable de Hospitalización Pediátrica del Hospital Universitario Gregorio Marañón, durante su intervención «Medidas ante una segunda oleada de COVID-19». La doctora ha explicado que «la superposición y similitud de los síntomas hace imprescindible el diagnóstico virológico rápido en el laboratorio de Microbiología. Además, la presencia de uno de los tres virus no excluye la de los otros». «Si algo nos ha enseñado ya esta y otras pandemias es que las medidas preventivas de distanciamiento social, uso de mascarillas y lavado frecuente de manos, ayudan a prevenir no solo la COVID-19, sino también el resto de virus respiratorios», asegura la doctora.
Recomiendan vacunar a los más vulnerables
Otras medidas preventivas aconsejadas por los pediatras, según indican en su comunicado, con objetivo de hacer frente a esta «tormenta perfecta» de virus de cara al otoño, pasan por la vacunación frente a aquellas patologías para las cuales existe ya inmunización, como es el caso de la gripe o bien los anticuerpos monoclonales frente al VRS en pacientes de riesgo. A este respecto, la doctora recuerda que es importante que, llegada la temporada, se vacunen frente a la gripe «las mujeres embarazadas, los niños entre 6 meses y 5 años, aquellos niños que tienen alguna patología crónica o de base y, por supuesto, los profesionales sanitarios».
Riesgo de falta de espacio en cuidados pediátricos
«En la primera oleada de COVID-19 en primavera no hubo escasez de camas en las unidades de cuidados intensivos pediátricos, sin embargo, esto podría llegar a ocurrir si coexisten los tres virus respiratorios mencionados en el otoño-invierno, ya que en el caso del VRS hasta el 15% de los niños ingresados en el hospital necesitan UCIP y en algunas series entre el 5-7% en gripe», explica la doctora Rodríguez Fernández, quien asegura que, «los centros sanitarios deberían dotarse de mayores recursos humanos y materiales para poder hacer frente a esta situación de manera exitosa llegado el caso, incluyendo más camas de hospitalización pediátricas y en las UCIPs«.
Preparación de los servicios de pediatría
En opinión de esta experta «los pediatras especialistas deberían conformar equipos multidisciplinares, coordinados por pediatras internistas e infectólogos que son los especialistas pediátricos responsables de esta patología hospitalizada». De igual manera, la experta subraya la importancia y necesidad de que los profesionales sanitarios entrenen, con objeto de mantenerse a salvo de contagios, practicando la puesta y retirada de EPIS y conociendo los protocolos de seguridad del centro asistencial donde desarrollan su labor.
Por ejemplo, para atender a los más pequeños, la experta recomienda espaciar las citas presenciales al menos 30 minutos entre ellas, evitando así, que coincidan pacientes a la entrada y salida de la consulta o posibles aglomeraciones en las salas de espera.
Señala la doctora que en caso de hospitalización, «es necesario realizar un cribado universal PCR rápido a todos los ingresados y programar circuitos diferenciados, así como marcar una sectorización de las plantas de hospitalización y establecer varios turnos de altas, de modo que la atención a la patología habitual y a la COVID-19 se realice con elevados estándares de calidad y seguridad». «Es fundamental que lo profesionales pediátricos presten especial atención no solo a los síntomas provocados por la COVID-19, sino también a aquellas patologías y virus que coexisten con él, así como a las posibles complicaciones que, derivadas del mismo, puedan sufrir las enfermedades crónicas o de base existentes en el paciente».
La importancia de retomar los tratamientos pendientes
Otro punto que ha destacado la doctora Rodríguez es la necesidad de «cubrir aquellas necesidades de rehabilitación, atención temprana, etcétera, que durante la primera oleada quedaron en suspenso, así como los posibles efectos psicológicos y de estrés que esta prolongada situación puede causar en los más pequeños».
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