La España judicial casposa del franquismo en estado puro. La Fiscalía del Tribunal Supremo mantiene su firmeza respecto a los condenados por el referéndum ilegal del 1-O y no se quedará cruzada de brazos ante la aprobación del tercer grado para Oriol Junqueras y el resto de presos políticos condenados. La gran excusa para oponerse, no es ni de lejos un alegato jurídico legal, sino de venganza: «no se han arrepentido». Jamás podrán hacerlo porque los acusados tienen la conciencia tranquila sobre su ‘crimen’.
Fuentes judiciales, según adelanta OkDiario, aseguran que el Ministerio Fiscal recurrirá el régimen de semilibertad aprobado por las cárceles catalanas porque «es prematuro y los líderes independentistas no se han arrepentido del delito cometido». Al más puro pensamiento retrogrado, fuera del régimen jurídico, más cercano a la Santa Inquisición de Torquemada y su Abjuración o expiación de pecados, que de justicia.
Las juntas de tratamientos de los centros penitenciarios de Lledoners, en San Juan de Torruella (Barcelona), Puig de les Basses, en Figueras (Gerona), y la cárcel de mujeres Wad-Ras en la capital catalana han propuesto que los nueve líderes independentistas condenados (Oriol Junqueras, Raül Romeva, Joaquim Forn, Jordi Turull, Josep Rull, Jordi Sánchez, Carme Forcadell, Dolors Bassa y Jordi Cuixart) sólo vuelvan a dormir a la cárcel de domingo a jueves.
El fin de semana podrán pasarlo en sus domicilios, junto a sus familias. Además, indican fuentes de la Consejería de Justicia de la Generalitat, se está estudiando que puedan acudir a otro tipo de centros, con menos seguridad que una prisión, encaminados hacia la reinserción, donde quizás sean obligados a un Acto de Fe en la plaza del pueblo, según el parecer inequívoco y percepción infalible, de los fiscales del Supremo. En cualquier caso se da por hecho que por higiene democrática no habrá impedimento para ese 3er grado.