Según ha informado hoy Jesús Cabaleiro para «Periodistas en español», el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, ha acusado a Amnistía Internacional de haber difamado la reputación del país en una rueda de prensa.
La organización Amnistía Internacional acusó al gobierno de Marruecos de haber espiado el teléfono del periodista Omar Radi. Y para respaldar su acusación, la organización elaboró un informe que hizo público el pasado día 22 de junio, del que se hicieron eco 17 medios internacionales y uno de Marruecos.
Según el informe, el Gobierno de Marruecos se habría servido de los servicios de la empresa israelí NSO GROUP para espiar el teléfono del periodista Omar Radi.
Por parte del ministro Bourita se afirma que Amnistía Internacional no ha podido probar sus acusaciones ni presentar evidencia alguna, por lo que considera que la intención de la organización es difamar al Gobierno de Marruecos. Ha advertido que espera respuesta por parte de Amnistía, y mientras esta se produce, están preparando todos los medios legales y políticos que sean necesarios.
Y ha ido más allá: ha señalado que, independientemente de cual sea su respuesta, el Gobierno de Marruecos podrá tomar decisiones al respecto de la presencia de la organización en el país, dando a entender que su oficina podría ser cerrada por orden gubernamental.
El periodista Omar Radi ha sido acusado por la Fiscalía de Casablanca de una supuesta participación en una trama para obtener financiación extranjera en conexión con servicios de inteligencia. Se enfrenta a una posible condena de 5 años de prisión. Sin embargo, desde organizaciones como Reporteros Sin Fronteras, han denunciado que, en lugar de aclarar la vigilancia ilegal de la que se acusa al Gobierno respecto a Radi, las autoridades marroquíes «han preferido atacar al periodista e iniciar un proceso contra él sobre la base de información no verificada que circula en las redes sociales».