Las vacaciones que se están pegando los reyes españoles, en plena crisis económica, en forma de blanqueo monárquico es antológica. Cuando muchos hoteles y servicios, no abrirán esta temporada por la crisis de la pandemia del Covid-19, los monarcas deciden que era una buena manera de estirar las piernas tras el confinamiento. Tourné que muchos de sus ciudadanos no pueden hacer. Ni siquiera para poder ir a visitar un fin de semana a sus familiares.
La semana que viene les toca Figueres y Barcelona, dos localidades catalanas que los Reyes visitarán el próximo 17 de julio dentro de la gira por las diferentes comunidades autónomas que tiene por objetivo poner el foco en la problemática de cada una de las zonas, como si ellos fueran a solucionar algo, alentar un turismo que no existe y agradecer con un ‘paripé’ ridículo e innecesario, el esfuerzo por hacer frente a la pandemia de coronavirus.
Como no tienen visitas turisticas fuera de España seguirán con la visita a Catalunya que tendrá lugar al día siguiente de la celebración del homenaje de Estado que se celebrará en el patio de la Armería del Palacio Real, en Madrid, La del próximo viernes de la próxima semana será la primera visita a Catalunya desde que el pasado mes de noviembre, celebraran en Barcelona el evento de la Fundació Princesa de Girona, donde fueron abucheados en la calle.
Los Reyes estarán en Figueres por la mañana y visitarán el Museu Dalí, donde les espera una comitiva de antimonarquicos y republicanos, y por la tarde, en Barcelona, recorrerán algún enclave monumental de la ciudad, donde también les esperará un nuevo recibimiento antiborbónico, similar al de Valencia. En sus últimas visitas a Catalunya, los Reyes no han contado con la presencia institucional y la representación de la Generalitat ha sido prácticamente nula.
