Desde la justicia politizada española, el teniente fiscal de la Fiscalía Superior de Catalunya, Pedro Ariche, ha tenido que justificarse para argumentar sus acusaciones este viernes en el juicio en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) contra los ex miembros de la Mesa de Parlament por el proceso soberanista: «No se juzga hoy aquí al independentismo».
Al iniciar su informe final, en la última sesión del juicio por presunta desobediencia a Lluís Corominas, Ramona Barrufet, Lluís Guinó (JxSí), Anna Simó (ERC) y Mireia Boya (CUP), afirmó: «No estamos aquí ante de un juicio político, no se están juzgando ni ideas ni ideologías «, pero contra más se excusa menos credibilidad tenía.
Recordó que ni los programas ni estatutos de los partidos independentistas se han impugnado nunca, y que «todas las ideas son legítimas en tanto no choquen frontalmente con el Código Penal», como ocurre con las ideologías que implican odio o discriminación.
«Hablar de causa general es una expresión periodística y desafortunada», ya que cada día líderes políticos ejercen su actividad ordinaria sin traba ni limitación desde el Congreso, los parlamentos autonómicos y los ayuntamientos, ha añadido. También ha resaltado que «no se juzga el poder legislativo», y defendió la separación de poderes y la obligación de cumplir sentencias y otras resoluciones de tribunales. Todo eso cuando hay multitud de estamentos internacionales que opinan que España incumple dicha separación de poderes.
