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A Carles Puigdemont le han negado una y otra vez que comparezca ante el Tribunal Supremo haciendo uso de las nuevas tecnologías. Se ha hecho lo posible y lo imposible para que la videoconferencia no fuera una herramienta útil para el president en el exilio. Ni para declarar ante los jueces ni para ser investido en el Parlament después de haber ganado las elecciones catalanas. No. Si Puigdemont quería declarar ante el Supremo, tenía que trasladarse, personarse, y evidentemente jugársela porque todos sabemos que sería detenido, encarcelado y no saldría a la calle en mucho tiempo. Algo contradictorio con la realidad, esa que tan tozudamente nos muestra que a día de hoy es eurodiputado y cuenta con una inmunidad que le permite moverse por cualquier lugar del planeta, excepto en España.
Todos los argumentos esgrimidos cuando Puigdemont quiso comparecer voluntariamente ante el Supremo se desmoronan ahora con la causa abierta contra el monarca Juan Carlos I. ¿Por qué? Pues porque el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón acaba de autorizar que la ex amante del rey pueda declarar el próximo 8 de septiembre por videoconferencia desde Londres como investigada por un supuesto encargo al comisario Villarejo.
Corinna está siendo investigada en la pieza número 5, llamada «Carol», causa que había sido archivada el 7 de septiembre de 2018, pero que acaba de reabrirse el pasado 27 de julio tras encontrarse nuevos indicios en documentación encontrada en los domicilios de los investigados.
El abogado de Carles Puigdemont, Gonzalo Boye se mostraba sorprendido esta mañana por el cambio de criterio de la justicia española:
Qué raro, cuando lo solicitamos el 2.11.2017 para @KRLS @toni_comin @LluisPuigGordi @MeritxellSerret y @ClaraPonsati dijeron que no existía tal previsión legal:
Corinna se libra del paseíllo: el juez del caso Villarejo la interrogará por videoconferencia https://t.co/CYEtZQc3ik
— Gonzalo Boye (@boye_g) August 4, 2020