Este pasado domingo, como en muchos rincones de España, han vuelto a actuar en Catalunya los antimonárquicos, -que son prácticamente todos los ciudadanos- en esta ocasión a las puertas del Ayuntamiento de Girona. Allí se han concentrado y han llevado a cabo actos contra España y la monarquía.
Cansados que se les ningunee, hartos de clamar que la anacrónica monarquía no tiene lugar en pleno siglo XXI, y menos en Catalunya que se siente republicana, han colocado una guillotina con abundantes restos de sangre y la cara del Rey Felipe VI, en un claro y notorio acto de expresión reivindicativo. Como no, este hecho ha sido denunciado por los compañeros de Dolça Catalunya.
Estás llamadas a la movilización llegan días después de el Govern de Torra, aprobara en el Parlament una declaración de Catalunya libre de monarquía, y en una sesión donde se volvió a apreciar que la sociedad catalana vela por la instauración definitiva de una República independiente de España.
Además este lunes hemos visto como Quim Torra ha puesto en la diana al secretario general de la cámara representativa catalana por haber cedido a las presiones y no publicar en el Boletín del Parlament la resolución tomada legalmente en el pleno.
