Según ha informado la CNN, hasta hoy lunes, se han reportado 1.219 casos confirmados, incluyendo 21 infecciones activas. Todas ellas se han localizado y se encuentran en instalaciones de aislamiento controladas.
Ya son 100 días en los que no se ha producido ningún caso de contagio comunitario y los casos nuevos provienen de personas que han estado en terceros países.
Son cinco millones de habitantes los que tiene Nueva Zelanda, y hasta hoy cuenta con 22 personas fallecidas por COVID-19, una cifra muy lejana a los demás países que están haciendo frente a la pandemia.
A pesar de tener el virus bajo control, no han dejado de hacer controles a la población: «Hemos visto en el extranjero lo rápido que el virus puede resurgir y propagarse en lugares donde antes estaba bajo control», señaló el domingo el director general de Salud, el Dr. Ashley Bloomfield.
El ministro de salud, por su parte, considera que no es una situación para cantar victoria, puesto que «la eliminación no significa erradicar el virus de forma permanente, sino que más bien se trata de confiar en que se han eliminado las cadenas de transmisión en la comunidad durante, al menos, 28 días, y poder así contener de manera efectiva cualquier caso futuro importado desde el extranjero».
Nueva Zelanda está siendo ejemplo en la gestión de la pandemia: su clave ha sido, según su primera ministra, actuar rápido y esforzarse.