Esta semana se llegarán a los 20 millones de casos de personas infectadas, y se confirmarán 750.000 muertes por este virus.
«Detrás de estas estadísticas hay una gran cantidad de dolor y sufrimiento. Cada vida perdida importa. Sé que muchos de ustedes están de luto y este es un momento difícil para el mundo. Pero quiero ser claro: hay brotes verdes de esperanza y no importa dónde esté un país, una región, una ciudad o un pueblo. Nunca es demasiado tarde para darle la vuelta a los brotes de COVID-19». Así lo ha manifestado en una rueda de prensa que ha tenido lugar en la mañana del lunes.
Durante su intervención ha puesto el foco en la necesidad de contar con fondos para financiar, tanto las vacunas, como las herramientas de atención sanitaria necesarias ante el COVID-19.
Ha puesto de relieve la importancia del uso de las mascarillas, así como el confinamiento selectivo, para evitar que se extiendan los contagios. El rastreo exhaustivo de los contactos, así como la identificación rápida de los casos, tienen una importancia vital en estos momentos.
En su mensaje, ha manifestado su deseo de poder volver a la normalidad, de que las escuelas se abran, de poder retomar la actividad. Pero esto no pasará hasta que no se actúe de manera efectiva para «suprimir el virus». Ese, ha señalado, debe ser el objetivo en estos momentos.