Son partículas invisibles para el ojo humano, gracias a este método de análisis, se permite a los investigadores identificar decenas de tipos de plástico, incluido el tereftalato de polietileno (PET), que se utiliza en envases de plástico.
Se han encontrado restos de Bisfenol (BPA) en todas las muestras estudiadas. Este material, precisamente, supone una preocupación para la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos porque «es un tóxico que incide en la reproducción y en el desarrollo sistémico», según los estudios hechos con animales.
Ahora que se puede identificar la presencia de estos materiales en los órganos se podrá conocer su incidencia en el organismo.
En estudios elaborados anteriormente, se ha podido conocer que las personas comen y respiran al menos 50.000 partículas de microplástico al año. Otra investigación ha demostrado la presencia de estas micropartículas en órganos como el corazón y el cerebro, relacionándolo con el cáncer cerebral.