El 14 de mayo, Ayuso criticó el mando único del Gobierno Central. Servía, a su juicio, “para imponer pero no para contribuir a que los ciudadanos recuperen su vida anterior al COVID”. A finales de mes pidió que las regiones gestionaran la epidemia “con autonomía”. Dos meses después se reafirmaba en esa idea, pidiendo que la mitad de los fondos europeos de reestructuración fueran a parar a sus administraciones.
Dos semanas más tarde, sin embargo, en medio de un repunte de casos de la pandemia y con la incertidumbre de la vuelta a las aulas (los sindicatos han convocado una huelga ante la “inacción” del Gobierno de Ayuso), el discurso es otro. La presidenta entiende que la pelota vuelve a estar en el tejado del Ejecutivo de Pedro Sánchez, y ha pedido que lidere el regreso a los centros educativos.
Ayer reafirmado esa idea en un tuit, lamentando la decisión del juez Alfonso Villagómez, que ha echado para atrás la decisión de Madrid de prohibir fumar en espacios públicos y de cerrar locales de ocio nocturno. El magistrado entiende que la medida se apoya en una orden del Ministerio de Sanidad aún no publicada en el BOE. No tendría, por tanto, validez.
Ya advertí el pasado día 15, y en numerosas ocasiones, que necesitamos que el Gobierno central deje de estar ausente porque provocaría decisiones en cascada de las autonomías, y unas son aceptadas y otras no. La dejación de funciones expande la pandemia.
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) August 22, 2020