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La situación anormal que estamos viviendo en plena pandemia de COVID-19 genera muchas dudas a los que tienen menores a cargo, por lo que a la vuelta al cole se refiere.
En una situación en la que la pandemia, lejos de estar controlada, parece volver a descontrolarse son muchos los que tienen menores a su cargo que no tienen nada clara la vuelta a la escuela. Un lugar que puede resultar un foco de infecciones, a juzgar por lo que ha venido produciéndose en otros países que ya han abierto las puertas de las aulas.
En Estados Unidos lo están viviendo desde el mes de julio: se han registrado aumentos de infecciones en niños y niñas por COVID-19, llegando a reportarse aumentos muy alarmantes en Estados como el de Florida. Alemania también ha tenido que cerrar escuelas después de las primeras semanas de apertura por producirse infecciones entre los alumnos y el profesorado.
Aquí, por el momento, se espera la reunión entre presidentes autonómicos y ministerio de Educación y Sanidad para finales de esta semana, donde se podrán conocer las medidas específicas que está previsto sean tomadas, mientras los números de infecciones y fallecidos van en aumento en todo el Estado español.
En la Comunidad de Madrid los principales sindicatos ya han anunciado una huelga que tendrá lugar desde el próximo mes de septiembre, convocada por los trabajadores del sector de la docencia, puesto que consideran que no se dan las condiciones para una vuelta segura a las aulas. De la misma manera, en Cataluña, al no haber un criterio consensuado entre la Consellería de Sanidad y la de Educación, los sindicatos también han avisado al Govern de la posibilidad de unirse a la huelga convocada desde Madrid.
En Andalucía también se están organizando distintos colectivos, concretamente Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos, que han remitido ya escritos a la Junta de Andalucía en los que señalan que la situación que se está viviendo no reune las condiciones de seguridad mínimamente exigibles para que las aulas sean un lugar seguro para los alumnos.
Es comprensible que la economía necesita reactivarse y para ello, miles de familias necesitan poder tener un lugar donde se ocupen de sus hijos. Pero lo cierto es que las escuelas no están -o no deberían estarlo- concebidas para ser un lugar de guardia y custodia de los menores, sino que son centros educativos, esto es: lugares donde se enseña a los alumnos, y donde éstos se socializan. En este sentido, distintos expertos consideran que la educación puede llevarse a cabo a través del uso de nuevas tecnologías y que, en muchas circunstancias -como es la que estamos viviendo- sería necesario implementar sistemas que puedan servir para que los alumnos sigan el curso sin necesidad de hacerlo de manera presencial.
Evidentemente no todas las familias tienen la posibilidad de trabajar desde casa y ocuparse de sus hijos al mismo tiempo. Sin embargo, hay familias que están dispuestas a adaptarse para poder estar más seguras y evitar así que sus hijos o menores tutelados se expongan al virus pudiendo evitarlo.
El temor de muchas familias que no quieren llevar a sus hijos a los centros educativos mientras la pandemia no esté bajo control es si por esta decisión podrían enfrentarse a problemas de índole legal: el absentismo, por ejemplo, que supone tener que abrir una investigación por parte de la Administración si una familia no justifica ausencias reiteradas al centro de estudios.
Consultados varios expertos, tanto del ámbito educativo como del Derecho, nos confirman que la situación en la que nos encontramos no es «normal». Esto significa que la Administración, así como el centro educativo, tiene que prever algo que sucederá seguro: los casos de las familias que consideren que por el momento sus hijos, o menores tutelados, evitarán la presencia en las aulas. «Esto no sería un caso de absentismo como se ha venido entendiendo hasta ahora», nos explican. Y precisamente, en este sentido se han pronunciado desde el ámbito judicial en Castilla y León, siendo recogido por este interesante artículo del Diario de León.
Y es que, precisamente, tal y como explican las personas entrevistadas por el diario de León, se espera una avalancha de casos a partir de las próximas semanas. Ante estas circunstancias, no sería lógico pensar en procesos sancionadores para las familias que, lejos de despreocuparse de sus hijos, actuarán precisamente alarmadas y tratando de hacer lo mejor -en su criterio- para cuidar de sus hijos en unas circunstacias en las que es evidente pensar en el peligro posible.