El éxito se ha logrado gracias a la coordinación de organismos internacionales en materia de salud, gobiernos nacionales y locales, voluntarios comunitarios y pacientes que han superado la enfermedad. Se han elaborado evaluaciones exhaustivas en 47 países para garantizar que ningún caso pasara por alto.
Han transcurrido ya cuatro años desde que se registrasen los últimos casos de poliomelitis salvaje en el norte de Nigeria, según ha constatado la Comisión de Certificación Regional de África el pasado martes. Según su informe el continente está ahora mismo libre del virus, que tiene unos graves efectos conllevando parálisis permanente irreversible y en algunos casos la muerte. En el año 1996 fueron 75.000 los niños que en África quedaron paralizados por la polio.
La Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomelitis ha sido fundamentalmente puesta en marcha por gobiernos nacionales, líderes de los gobiernos locales que trabajan con Unicef, la Fundación Bill y Melinda Gates, Rotary Internacional y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU.
Los expertos consideran que el logro se ha conseguido gracias a la campaña de vacunación y seguimiento de los niños en Borno. «Ha sido una labor enorme y trascendental, con una persistencia y perseverancia asombrosas, que se ha producido en momentos en los que pensábamos que estábamos casi en la meta», ha afirmado el Doctor Matshidiso Moeti, director regional para África de la Organización Mundial de la Salud.
Uno de los elementos fundamentales para conseguir el éxito de la campaña de vacunación ha sido, precisamente, la información a la población de la necesidad de la vacuna. Y es que, se ha tenido que trabajar mucho para eliminar los rumores sobre la vacuna, puesto que algunos señalaban a que podría conllevar contagio de VIH, algo rotundamente falso.
En otros casos, el rechazo a la vacuna es una muestra de protesta contra las autoridades, debido a la situación de extrema pobreza que se vive en algunas regiones africanas. La negativa a ponerse la vacuna se ha detectado en algunos casos como una forma de rechazo a cualquier iniciativa gubernamental.
El siguiente reto es trabajar para que las personas afectadas de poliomelitis, que han sobrevivido a la enfermedad no se vean abocadas a la pobreza ni a mendigar en las calles, tal y como sucede ahora.