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En este contexto, Berlín ha prohibido ayer miércoles la celebración de varias manifestaciones convocadas para el próximo fin de semana. El motivo es preservar la salud de la ciudadanía, considerando que en estas concentraciones pueden producirse infecciones y rebrotes de COVID-19.
Entre las manifestaciones suspendidas, se encuentra una convocada por los negacionistas de la pandemia.
No han convencido a las autoridades con las promesas de cumplir las medidas de seguridad, según ha explicado el ministro de Interior de Berlín, Andreas Geisel, quien ha señalado que las promesas de que los participantes llevarán mascarillas no son suficientes para convencer a las autoridades de que la concentración puede llevarse a cabo con la seguridad necesaria.
Algo que no se tuvo en cuenta en Madrid, y que, efectivamente sucedió: a pesar de las promesas de los organizadores respecto al cumplimiento de la normativa especial para evitar contagios de COVID-19, una vez en la manifestación los asistentes se quitaron las mascarillas, no mantuvieron la distancia y en algún caso se llegó, incluso, a escupir a los periodistas que estaban cubriendo la concentración. Por eso después, desde la Delegación del Gobierno se tuvieron que anunciar las medidas pertinentes para aquellas personas que habían incumplido la ley, medidas que llegaban tarde porque ya se habían producido contagios entre los participantes.
Algo similar sucedió el pasado día 1 de agosto en Berlín, donde unas 20.000 personas se habían concentrado en el centro de Berlín para protestar ante las medidas impuestas por el gobierno para evitar contagios. Allí la policía sí actuó de manera inmediata y disolvió la concentración al comprobar que no se llevaban puestas las mascarillas y no se guardaban las distancias mínimas requeridas.
«No es una decisión contra la libertad de expresión sino a favor del control de la infección», ha subrayado Geisel, según ha recogido Europa Press.
