A pesar de la ruptura hace pocas semanas, Mas considera que estas dos fuerzas políticas todavía pueden revertirla y juntarse en un solo proyecto:
«No quiero terminar mi trayectoria política avalando una separación. No digo que sea eso lo que ha pasado ya, este es mi espacio político, pero el riesgo de la separación está, y ante este riesgo no quiero dar el paso que podría consumar la separación. »
Denuncia, carnés rotos y remodelación del gobierno. El cisma entre las dos fuerzas políticas se consumó a finales de agosto, después de que el PDeCAT denunciara judicialmente JxCat por el uso de estas siglas.
Esto ocurrió el 29 de agosto, y dos días después Carles Puigdemont, la mayoría de consejeros y todos los presos de JxCat anunciaron que abandonaban la militancia al PDeCAT.
El 3 de agosto la ruptura dio un paso más, cuando el presidente Quim Torra relevó de su cargo la consejera de Cultura, Mariàngela Villalonga, la única que no había abandonado el PDeCAT.
Entonces Mas no se pronunció sobre si se quedaría o no, y su oficina remitió al mismo PDeCAT, que confirmó que mantenía la militancia celebrándolo.