Li-Meng Yan, la viróloga china que huyó de Hong Kong, ha publicado un informe de 26 páginas en el que asegura que la pandemia del coronavirus tiene un origen artificial. El texto, publicado bajo el título ‘Características inusuales del genoma del SARS-CoV-2 que sugieren una sofisticada modificiación en laboratorio en lugar de una evolución natural’, lleva la firma de Yan y otros tres científicos y ha sido publicado este lunes en el repositorio Zenodo tras ser avalado por la Rule of Law Society.
Li-Meng Yan es una viróloga nacida en Hong Kong que lleva varios meses acusando a China de haber ocultado información relacionada con la pandemia de COVID-19. Debido a las amenazas de muerte que recibió, tuvo que huir de su país y refugiarse en Estados Unidos, donde ha trabajado durante los últimos meses junto a otros científicos compatriotas exiliados para probar sus afirmaciones. Hace unos días ya avisó de que presentaría pruebas que demostrarían que el coronavirus salió de un laboratorio. Unas evidencias que ya han salido a la luz.
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El texto firmado por otros tres científicos y avalado como decimos por la Rule of Law Society, es una organización fundada por el magnate chino Guo Wengui, exiliado desde hace cinco años en Estados Unidos tras ser acusado en China de varios delitos, entre ellos de corrupción y de abuso sexual. Wengui también es conocido por sus conexiones con Steve Bannon, ex asesor del presidente estadounidense Donald Trump y figura clave de la extrema derecha en Estados Unidos.
Así Yan, en una entrevista con el canal Fox News, tambien muy próximo a Donald Trump que siempre ha calificado al virus como chino, confesaba que cree que el Gobierno chino supo de la existencia del coronavirus mucho antes de confesarlo a la opinión pública. Yan dice a la Fox que el 31 de diciembre ya informó a sus superiores que el virus se contagiaba entre humanos.
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El 9 de enero de 2020, la OMS emitió una declaración: «Según las autoridades chinas, el virus en cuestión puede causar una enfermedad grave en algunos pacientes y no se transmite fácilmente entre las personas». La OMS y China han negado con vehemencia las afirmaciones de un encubrimiento del coronavirus. El 16 de enero Yan dice que la advertencia fue clara: no cruces líneas rojas. China niega todas las acusaciones de Yan.
Ahora en su informe de 26 páginas, Yan confiesa que el origen del SARS-CoV-2 sigue siendo misterioso y controvertido, pero señala, en contra de la opinión de la mayoría de la comunidad internacional, que «la teoría del origen natural, aunque ampliamente aceptada, carece de apoyo sustancial».
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No solo eso. Yan considera que «la teoría alternativa de que el virus puede provenir de un laboratorio de investigación está estrictamente censurada en revistas científicas revisadas por pares». La virólogo señala que el SARS-CoV-2 muestra características biológicas que son incompatibles con un virus zoonótico natural. Cree Li-Meng Yan que la evidencia muestra que el SARS-CoV-2 debería ser un producto de laboratorio creado utilizando los coronavirus de murciélago ZC45 y / o ZXC21 como pantilla.
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Sobre la base de la evidencia, postula una ruta sintética para el SARS-CoV-2 que se puede lograr en aproximadamente seis meses. Y pide una investigación independiente sobre los laboratorios de investigación relevantes.
El informe, que se puede consultar en Zenodo y que la autora ha colgado en las redes sociales, señala que como coronavirus, el SARS-CoV-2 difiere significativamente de otros virus respiratorios o zoonóticos: ataca a múltiples órganos; es capaz de sufrir un largo período de infección asintomática; es altamente transmisible y significativamente letal en poblaciones de alto riesgo; está bien adaptado al ser humano desde el comienzo mismo de su aparición yes altamente eficiente en la unión del receptor ACE2 humano.
Y ese perfecto encaje es uno de los motivos por los que Yan cree que el virus ha sido fabricado. Las primeras investigaciones ya habían averiguado que ‘ACE2’ era fundamental para el nuevo coronavirus. Sin embargo, fueron precisamente los científicos del Instituto de Estudios Avanzados Westlake, en Hangzhou, y la Universidad Tsinghua, de Pekín los que señalaron al mundo que el patógeno utiliza una proteína vírica que encaja en la ACE2 como una ‘llave en una cerradura‘.
Señala Yan que las publicaciones científicas existentes que apoyan la teoría del origen natural se basan en gran medida en una sola pieza de evidencia: un coronavirus de murciélago previamente descubierto llamado RaTG13, que comparte una identidad de secuencia de nucleótidos del 96% con el SARS-CoV-218. Yan considera en el estudio que «los genomas virales pueden ser diseñados y manipulados con precisión».