Seis distritos y ocho municipios tendrán restringida la entrada y
salida de sus ciudadanos para evitar los contagios por COVID-19. Son
37 las áreas que están reportando «cifras altísimas» según Díaz Ayuso.
Esto significa que se están produciendo más de 1.000 contagios por
cada 100.000 habitantes.
Las restricciones se pondrán en marcha el lunes, que a pesar de la
urgencia, el finde es sagrado. Esto no lo dice IDA, lo digo yo y
cualquiera que observe lo que está sucediendo.
La semana que viene harán pruebas masivas a los habitantes de las 37
áreas señaladas. Concretamente harán 858.193 pruebas. Pero ojo, que no
hay que alarmarse ni confinarse, que eso conlleva al desastre
económico y eso no puede ser. Hay que aislar a los contagiados, según
el gobierno madrileño. Y para ello, empiezan a aplicar la regla del 6
de la que ya hablamos en las Repúblicas, la que está poniendo en
marcha Boris Jonhson en Reino Unido: que no puedas reunirte con más de
seis personas. Está por ver si los menores de doce años cuentan o no,
porque en Reino Unido no cuentan. Esto de la regla del 6 es para todo
Madrid, ojo. No nos vayamos a liar.
Las zonas afectadas por las medidas en la capital son 26:
en Carabanchel: Puerta Bonita, Vista Alegre y Guayaba
en Usera: Almendrales, Las Calesas, Zofío, Orcasur y San Fermín
en Villaverde: San Andrés, San Cristóbal, El Espinillo y Los Rosales
en Villa de Vallecas: la zona básica
en Puente de Vallecas: Entrevías, Martínez de la Riva, San Diego,
Numancia, Peña Prieta, Pozo del Tío Raimundo, Ángela Uriarte, Alcalá
de Guadaira y Federica Montseny
en Ciudad Lineal:Doctor Cirajas, Ghandi, Daroca y La Elipa
Además, once zonas de los municipios de Fuenlabrada (Alicante, Cuzco y
Francia), Humanes, Moraleja de Enmedio, Parla, Getafe, San Sebastián
de los Reyes y Alcobendas (zona de Chopera y Miraflores).
Pues bien: A todas estas zonas no se puede entrar ni se puede salir de
ellas, a no ser que sea para estudiar, trabajar, ir al médico, asistir
a mayores, ir al banco o hacer gestiones urgentes o de fuerza mayor.
Las Fuerzas de Seguridad van a estar vigilando. Solamente podrán ir
por carretera en estas zonas «si la persona tiene origen y destino
fuera de estas zonas». O sea que no puedes moverte en coche, como
norma general, en tu zona. Puedes pasear con mascarilla y guardando
las distancias de seguridad (como hasta ahora), pero se desaconseja
salir de casa salvo para lo imprescindible.
Se reduce el aforo de todos los establecimientos al 50%, y tendrán que
cerrar todos, como muy tarde a las 22.00 horas. Solamente pueden
quedarse abiertas las gasolineras, las farmacias y los servicios
médicos y veterinarios. Se permite la entrega a domicilio de comida
después de las diez, pero el local estará cerrado a clientes
presenciales.
En lugares de culto religioso el aforo se reduce a un tercio.
Todas las medidas se van a aplicar durante 14 días, en principio, y su
incumplimiento puede conllevar sanciones desde 600 a 600.000 euros.
Vale. Hasta aquí los datos, la info y lo que todos los madrileños
deberán tener en cuenta a partir del lunes. Bueno, todos, todos… no.
Porque estas medidas estrictas afectarán a un 13% de la población
madrileña, concretamente a los que viven en barrios obreros y
populares, que es donde se están produciendo la mayor cantidad de
contagios. A partir del lunes estos vecinos solamente podrán salir de
«su zona» para ir a trabajar, y muy probablemente lo hagan en
transporte público, que lejos de haber aumentado su servicio, sigue
siendo el mismo y va hasta los topes. ¿Por qué no se plantean más
número de servicios de transporte público? Ah, no. Calla, calla. Que
lo que toca es enviar a policía para que vigile y ponga multas.
No se ha visto en los medios. Pero el viernes por la tarde, en la
Puerta del Sol de Madrid, los vecinos y vecinas de los barrios del sur
de Madrid acudieron a concentrarse y manifestarse, hasta el gorro ya
de tener que aguantar que el foco se ponga sobre ellos continuamente.
#Ahora en Sol: "No es cuarentena, es segregación". Cientos de vecinas y vecinos de los barrios del sur de Madrid exigen la dimisión de la presidenta de la Comunidad #AyusoDimision #AyusoConfinateTuPrimero #AyusoVeteYa pic.twitter.com/GUibXL1k76
— IzquierdaDiario.es (@iDiarioES) September 18, 2020
A partir del lunes, podrás tomarte una birra en una terraza del barrio
de Salamanca, pero la gente de Usera no podrá pasear. Es lo que se ha
venido a denominar «confinamiento selectivo» y se darán casos, muchos,
de personas que trabajen en barrios de Madrid donde no haya
restricciones y al volver a sus casas tengan que encerrarse, so pena
de multas astronómicas. Personas que acudirán a trabajar apelotonadas
en transporte público donde es probable que se contagien; que tendrán
sus centros sanitarios abarrotados, sin médicos (muchos de baja), sin
posibilidad de recurrir a otros centros, y en definitiva, sin
posibilidad de evitar contagios más allá de las medidas que puedan
poner por su parte y la suerte que tengan.
Lo decía Flora, la conocida enfermera de Vallecas: ¿quién tabaja? La
clase obrera. ¿Quién se traslada? La clase obrera. ¿Quién no
teletrabaja? La clase obrera. ¿Quién vive en 45 metros, siendo seis,
ocho personas o más? La clase obrera que vive en Vallecas, Carabanchel
o Usera.»
Y siendo esto así, yo me pregunto: si ya se sabía que en estas zonas
se contaba con más dificultades para aislar el virus, ¿por qué no se
han tomado medidas antes? ¿Por qué no se refuerzan los servicios
sanitarios precisamente allí? ¿Por qué no se facilitan ayudas a todas
las personas que lo tienen más difícil? Y sobre todo, me pregunto:
¿por qué se ha esperado tanto, tanto tanto para tomar medidas?
Prefiero no pensar en la cantidad de personas que podrían haber
evitado contagiarse si hubiera habido un transporte público que
garantizase un uso en tiempos de pandemia sin riesgos. Por ejemplo.
Porque son esas las razones por las que la gente trabajadora se
contagia. No por los hábitos de vida que tienen, como decía Ayuso hace
unos días sobre los inmigrantes. Como dando a entender cosas que no me
atrevo ni a pensar.
Los hábitos de vida de los currantes son sencillamente los que les
permiten gobiernos miserables como el que hoy tiene Madrid: cuando no
te queda más remedio, cuando el «es lo que hay» impera. Ese es el
Madrid al que se castiga hoy. Y como el madrid del Sur debería
sentirse España entera. Si no somos solidarios ahora, si no nos damos
cuenta de que lo que está sucediendo es una barbaridad, nos terminarán
de destrozar lo poco que nos queda: ¿nos queda algo después de
haberles dejado destrozar la sanidad, la educación y todo lo que era
de todos? Pregunto porque viendo lo visto, ni medios de comunicación,
ni justicia, ni posibilidad de quejarse nos queda.
¿Qué será lo siguiente? ¿que la gente que vaya del sur de Madrid a
trabajar al centro de la capital tenga que llevar una insignia que los
identifique para separarse de ellos? Porque aunque le pueda parecer
exagerado, estamos a un paso de semejante barbarie.