viernes, 22 de noviembre del 2024

El confinamiento selectivo: mano dura a los pobres

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Beatriz Talegón
Beatriz Talegón
(Madrid, 5-5-1983) Licenciada en Derecho por la UAH, estudios en economía del desarrollo por la LSE en Pekin. Analista política. Ex Secretaria General de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas Actualmente colabora como analista política en distintos medios de comunicación (prensa escrita, radio y televisión).
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Seis distritos y ocho municipios tendrán restringida la entrada y

salida de sus ciudadanos para evitar los contagios por COVID-19. Son

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37 las áreas que están reportando «cifras altísimas» según Díaz Ayuso.

Esto significa que se están produciendo más de 1.000 contagios por

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cada 100.000 habitantes.

Las restricciones se pondrán en marcha el lunes, que a pesar de la

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urgencia, el finde es sagrado. Esto no lo dice IDA, lo digo yo y

cualquiera que observe lo que está sucediendo.

 

La semana que viene harán pruebas masivas a los habitantes de las 37

áreas señaladas. Concretamente harán 858.193 pruebas. Pero ojo, que no

hay que alarmarse ni confinarse, que eso conlleva al desastre

económico y eso no puede ser. Hay que aislar a los contagiados, según

el gobierno madrileño. Y para ello, empiezan a aplicar la regla del 6

de la que ya hablamos en las Repúblicas, la que está poniendo en

marcha Boris Jonhson en Reino Unido: que no puedas reunirte con más de

seis personas. Está por ver si los menores de doce años cuentan o no,

porque en Reino Unido no cuentan. Esto de la regla del 6 es para todo

Madrid, ojo. No nos vayamos a liar.

 

Las zonas afectadas por las medidas en la capital son 26:

en Carabanchel: Puerta Bonita, Vista Alegre y Guayaba

en Usera: Almendrales, Las Calesas, Zofío, Orcasur y San Fermín

en Villaverde: San Andrés, San Cristóbal, El Espinillo y Los Rosales

en Villa de Vallecas: la zona básica

en Puente de Vallecas: Entrevías, Martínez de la Riva, San Diego,

Numancia, Peña Prieta, Pozo del Tío Raimundo, Ángela Uriarte, Alcalá

de Guadaira y Federica Montseny

en Ciudad Lineal:Doctor Cirajas, Ghandi, Daroca y La Elipa

 

Además, once zonas de los municipios de Fuenlabrada (Alicante, Cuzco y

Francia), Humanes, Moraleja de Enmedio, Parla, Getafe, San Sebastián

de los Reyes y Alcobendas (zona de Chopera y Miraflores).

 

Pues bien: A todas estas zonas no se puede entrar ni se puede salir de

ellas, a no ser que sea para estudiar, trabajar, ir al médico, asistir

a mayores, ir al banco o hacer gestiones urgentes o de fuerza mayor.

Las Fuerzas de Seguridad van a estar vigilando. Solamente podrán ir

por carretera en estas zonas «si la persona tiene origen y destino

fuera de estas zonas». O sea que no puedes moverte en coche, como

norma general, en tu zona. Puedes pasear con mascarilla y guardando

las distancias de seguridad (como hasta ahora), pero se desaconseja

salir de casa salvo para lo imprescindible.

 

Se reduce el aforo de todos los establecimientos al 50%, y tendrán que

cerrar todos, como muy tarde a las 22.00 horas. Solamente pueden

quedarse abiertas las gasolineras, las farmacias y los servicios

médicos y veterinarios. Se permite la entrega a domicilio de comida

después de las diez, pero el local estará cerrado a clientes

presenciales.

 

En lugares de culto religioso el aforo se reduce a un tercio.

 

Todas las medidas se van a aplicar durante 14 días, en principio, y su

incumplimiento puede conllevar sanciones desde 600 a 600.000 euros.

 

Vale. Hasta aquí los datos, la info y lo que todos los madrileños

deberán tener en cuenta a partir del lunes. Bueno, todos, todos… no.

Porque estas medidas estrictas afectarán a un 13% de la población

madrileña, concretamente a los que viven en barrios obreros y

populares, que es donde se están produciendo la mayor cantidad de

contagios. A partir del lunes estos vecinos solamente podrán salir de

«su zona» para ir a trabajar, y muy probablemente lo hagan en

transporte público, que lejos de haber aumentado su servicio, sigue

siendo el mismo y va hasta los topes. ¿Por qué no se plantean más

número de servicios de transporte público? Ah, no. Calla, calla. Que

lo que toca es enviar a policía para que vigile y ponga multas.

 

No se ha visto en los medios. Pero el viernes por la tarde, en la

Puerta del Sol de Madrid, los vecinos y vecinas de los barrios del sur

de Madrid acudieron a concentrarse y manifestarse, hasta el gorro ya

de tener que aguantar que el foco se ponga sobre ellos continuamente.

 

 

A partir del lunes, podrás tomarte una birra en una terraza del barrio

de Salamanca, pero la gente de Usera no podrá pasear. Es lo que se ha

venido a denominar «confinamiento selectivo» y se darán casos, muchos,

de personas que trabajen en barrios de Madrid donde no haya

restricciones y al volver a sus casas tengan que encerrarse, so pena

de multas astronómicas. Personas que acudirán a trabajar apelotonadas

en transporte público donde es probable que se contagien; que tendrán

sus centros sanitarios abarrotados, sin médicos (muchos de baja), sin

posibilidad de recurrir a otros centros, y en definitiva, sin

posibilidad de evitar contagios más allá de las medidas que puedan

poner por su parte y la suerte que tengan.

 

Lo decía Flora, la conocida enfermera de Vallecas: ¿quién tabaja? La

clase obrera. ¿Quién se traslada? La clase obrera. ¿Quién no

teletrabaja? La clase obrera. ¿Quién vive en 45 metros, siendo seis,

ocho personas o más? La clase obrera que vive en Vallecas, Carabanchel

o Usera.»

 

Y siendo esto así, yo me pregunto: si ya se sabía que en estas zonas

se contaba con más dificultades para aislar el virus, ¿por qué no se

han tomado medidas antes? ¿Por qué no se refuerzan los servicios

sanitarios precisamente allí? ¿Por qué no se facilitan ayudas a todas

las personas que lo tienen más difícil? Y sobre todo, me pregunto:

¿por qué se ha esperado tanto, tanto tanto para tomar medidas?

Prefiero no pensar en la cantidad de personas que podrían haber

evitado contagiarse si hubiera habido un transporte público que

garantizase un uso en tiempos de pandemia sin riesgos. Por ejemplo.

Porque son esas las razones por las que la gente trabajadora se

contagia. No por los hábitos de vida que tienen, como decía Ayuso hace

unos días sobre los inmigrantes. Como dando a entender cosas que no me

atrevo ni a pensar.

 

Los hábitos de vida de los currantes son sencillamente los que les

permiten gobiernos miserables como el que hoy tiene Madrid: cuando no

te queda más remedio, cuando el «es lo que hay» impera. Ese es el

Madrid al que se castiga hoy. Y como el madrid del Sur debería

sentirse España entera. Si no somos solidarios ahora, si no nos damos

cuenta de que lo que está sucediendo es una barbaridad, nos terminarán

de destrozar lo poco que nos queda: ¿nos queda algo después de

haberles dejado destrozar la sanidad, la educación y todo lo que era

de todos? Pregunto porque viendo lo visto, ni medios de comunicación,

ni justicia, ni posibilidad de quejarse nos queda.

 

¿Qué será lo siguiente? ¿que la gente que vaya del sur de Madrid a

trabajar al centro de la capital tenga que llevar una insignia que los

identifique para separarse de ellos? Porque aunque le pueda parecer

exagerado, estamos a un paso de semejante barbarie.

 

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