Tras la intervención del primer ministro, era el turno del líder de la oposición, quien en su intervención dejó claro que la población no es culpable de la llegada de la segunda ola de COVID-19, como sí ha sugerido Boris Johnson estos días al decir que el problema que había en Reino Unido era que los británicos son amantes de la libertad.
«El pueblo británico ha hecho todo lo que se le pidió. Pero me temo que el Gobierno no», una afirmación que precisamente pone el foco en la gestión que de la pandemia se está haciendo portarte del ejecutivo de Boris Johnson.
«Es un escándalo nacional que todavía no tengamos un sistema de pruebas que funcione. O un plan para proteger nuestros hogares de ancianos. No debería ser así». «Somos un gran país. No deberíamos tener una de las tasas de mortalidad más altas del mundo o una de las peores recesiones». Ha afirmado.
Un discurso que es importante tener en cuenta desde España, donde la situación es peor que en Reino Unido y donde se han utilizado los mismos argumentos para responsabilizar a la población de la llegada de la segunda ola.
Las próximas elecciones tendrán lugar en mayo de 2021, serán de ámbito local pero también tendrán lugar en Escocia. Y precisamente, también ha hecho referencia a un posible referéndum: los laboristas estarían en contra de una votación inminente.