Con la excusa de su gira mediática en la presentación de su libro Un ciudadano libre, ha pasado por los estudios COPE, como ha hecho por multitud de cadenas. Durante su entrevista el ex líder de Ciudadanos ha valorado, la estrategia que ha adoptado Inés Arrimadas de acercamiento al PSOE y ha pedido al que fue su partido “más ambición”. Cosa que es al revés. La nueva líder de Cs, pactaria con el diablo con tal de ejercer el poder.
Rivera en un golpe de narcisismo, y como ex presidente de Ciudadanos, ha deseado que su partido recupere los más de dos millones de votos que perdió el 10 de noviembre y que supusieron su dimisión y un cambio de rumbo en la estrategia del partido naranja. Inés Arrimadas asumió el liderazgo del partido tras vencer a Igea en las primarias e impuso un acercamiento a un PSOE del que se desligó el propio Rivera.
En cualquier caso, a Albert Rivera no le ha gustado este acercamiento, con cierta deriva de aceptación hacia un Gobierno de izquierdas, porque considera que Sánchez es un presidente que “ya eligió a su banda”. “Ojalá sea así porque les deseo lo mejor”, reconocía el ex líder de los liberales porque le “encantaría” que Ciudadanos “volviera a donde debería estar”.
Así los buenos deseos han durado poco. Rivera ha hablado del pasado y ha pedido a la nueva dirección que sea más ambiciosa, como lo fue él “cuando tuvimos cuatro millones de votos”. El exdirigente de derechas liga los 57 escaños de abril a su “franqueza” al anunciar que “pactaría con Pablo Casado”.
Para alcanzar este escenario de nuevo “hay que tener ambición de país y de proyecto”, amén de focalizar el liderazgo desde la “responsabilidad” y no desde el “victimismo”, como hace Arrimadas, que ha tenido que aguantar los latigazos.