El que fuera vicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato ha salido del centro penitenciario de Soto del Real, donde está cumpliendo condena por el caso de las tarjetas «black» desde octubre de 2018. Su salida es en base al tercer grado penitenciario que le acaba de ser concedido por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional que fue confirmado el pasado jueves 1 de octubre.
Antes de ingresar en prisión, el 25 de octubre de 2018, Rato pidió perdón públicamente por las tarjetas opacas que eran facilitadas a los cargos directivos de la entidad, y que podían utilizar sin límites.
Una semana en la que también se ha conocido su absolución por el caso que investigaba la salida a Bolsa de Bankia.
Rato deberá estar localizable en todo momento, razón por la cual se le ha instalado una pulsera electrónica. No deberá dormir en prisión.
Instituciones Penitenciarias consideraba que Rato debía permanecer en segundo grado, una decisión que él recurrió y que el magistrado José Luis Castro ha respondido dándole la razón al recluso, considerando que es pertinente aplicar el tercer grado propuesto por la Junta de Tratamiento de Soto del Real. La Fiscalía, por su parte, estaba en contra del tercer grado.
Al salir del centro penitenciario ha atendido a los medios de comunicación y dando una rueda de prensa ha agradecido al personal trabajador del centro penitenciario «su profesionalidad y su humanidad». «Especialmente al padre Paulino y a las personas que le acompañan todos los domingos en la misa, que hacen una labor espléndida para todos los reclusos y todos los internos, así como para las Ongs con las que he podido colaborar mientras he estado aquí», ha señalado.
A sus compañeros del módulo 10, les desea «mucha suerte, justicia y libertad».
