Los madrileños no saben qué pueden y qué no pueden hacer. La confusión impera en Madrid. Los vecinos de unas zonas no saben si las medidas de restricción les afectan, o si por el contrario, tras la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, quedan «liberados» y podrán actuar sin el miedo a ser sancionados.
Desde el Gobierno de Madrid han dicho que quieren mantener diálogo y cooperación con el Ejecutivo liderado por Sánchez. Sin embargo, le han pedido tiempo. Tiempo, en un momento en el que las cifras siguen siendo muy preocupantes y las medidas parecen no ser suficientes. Por eso en este momento el Gobierno estatal plantea la posibilidad de un estado de alarma para Madrid mientras observa la reacción de Díaz Ayuso.
Durante el día de ayer, desde que se conoció la sorprendente sentencia del TSJM, desde el Ministerio de Sanidad estuvieron esperando un encuentro con el responsable del Gobierno madrileño que no se ha dado. Y es que, tanto Sánchez como Illa habían propuesto esta reunión para poder abordar de manera conjunta las decisiones que se tendrían que implementar tras la sentencia. Nada. Ninguna señal. El grupo COVID-19 no se ha reunido.
Dice El Diario.es que el nuevo desplante de Ayuso está terminando con la paciencia de Sánchez, que habría empezado ya a trabajar en la posible aplicación de un estado de alarma para la capital del reino.
Han sido tres los cambios impuestos durante un periodo de 20 días en Madrid. Con razón los vecinos de la región están hartos. Primero se aplicaron medidas sobre unas áreas específicas, algo que ya generó malestar por las dificultades que esto suponía a una parte de la población. Después el ministerio de Sanidad incluyó toda la ciudad como zona restringida. Y después, el Tribunal Superior de Justicia tumba las medidas del Gobierno central. Eso sí, Díaz Ayuso ha salido públicamente a pedirle a la ciudadanía madrileña que, por favor, no salgan de Madrid durante el puente que se aproxima. Almeida ha asegurado que los madrileños y madrileñas «no saldrán despavoridos», una manera de exponer la cuestión un tanto llamativa.
Dependerá ahora de cada cual tomar las medidas pertinentes, a la espera de saber qué deciden desde el gobierno regional y desde el estatal. Una situación de caos que se vive también con incertidumbre en las regiones limítrofes, donde quienes han de moverse entre una y otras, cada día sufren más estas decisiones caóticas.
Sanidad notificó ayer 12.423 contagios nuevos y 126 muertes. Somos ya el tercer país con más muertes por COVID-19: vamos detrás de Italia y Reino Unido, según la Universidad Johns Hopkins.
Tenemos unas 100 muertes diarias y Madrid, el foco del caos, representa el 31% de los casos registrados en los últimos 14 días. Aunque Simón apuntó ayer a una cierta estabilización, los datos son preocupantes porque aunque suban más despacio, siguen en aumento. Sobre todo en Castilla y León y Euskadi, donde se registraron 30 muertes en las últimas 24 horas, seguidos de Andalucía, donde fueron 24.
Y mientras Madrid es Caos, el Rey acudirá a Cataluña, donde le recibirán con una serie de acciones populares que mostrarán públicamente el rechazo a la corrupción de la Casa Real y a la Institución de la Monarquía.
Hay hartazgo. Por todas partes. De la ciudadanía respecto a la clase política, sumado al descrédito de la Justicia, la tensión entre los grupos parlamentarios y las injusticias candentes, forman todas un conglomerado de difícil digestión.
El 24% de los médicos, según un estudio, se plantean dejar el trabajo por el agotamiento físico y emocional que les está suponiendo la pandemia. El 42% de los profesionales sanitarios manifiestan estar agotados. Una situación que, de no tomar medidas desde las Instituciones, desembocará en una huelga el próximo 27 de octubre. En pleno inicio de la campaña de vacunaciones contra la gripe. Porque esa es otra: cuando llegue la gripe a España el colapso puede ser muy difícil de gestionar.
Sabiéndolo como lo saben, ¿a qué juegan estos políticos? ¿a qué juegan los jueces que se dedican a tomar decisiones que van contra los criterios científicos? La politización de la justicia empieza a ser ya tan descarada, supone un problema incluso ya de salud pública, y por lo que se ve, va a tener que venir Merkel a poner las cosas en su lugar. O eso espero, y que lo hagan rápido, pues ya se escuchan tambores de golpe, de golpe de Estado y según decía Puigdemont, el rey sabría del asunto, que vendría también arropado por togas.
Y como aquélla dijo que Madrid era España y España, Madrid, lo del caos en Madrid, sirva también para definir la situación en la que ya estamos en todo el Estado.